MARIANA.- El peor desastre ambiental de Brasil, ocasionado por la rotura de dos diques de contención de desechos de una mina de hierro, afectó 663,2 kilómetros de cuerpos de agua y provocó daños ambientales y sociales cuya cabal dimensión aún no puede ser determinada, reveló un informe preliminar divulgado hoy.
"Es indiscutible que la rotura del dique Fundao trajo consecuencias ambientales y sociales graves y caras, en escala regional", indica el informe divulgado este martes por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA).
El mencionado dique cedió el pasado 5 de noviembre por causas que se desconocen, y provocó la rotura de una segunda presa, provocando la muerte de 13 personas y la desaparición de otras nueve.
Otras graves consecuencias destacadas en el texto son el aislamiento de zonas habitadas, el desplazamiento de comunidades por la destrucción de viviendas y estructuras urbanas, la fragmentación de hábitats, la destrucción de áreas de preservación permanente y vegetación nativa y la mortalidad de animales de producción.
El instituto advierte que las medidas viables de reparación de daños podrán ser puestas en práctica "a medio y largo plazo, lo que comprende al menos 10 años en este caso".
El informe precisa que al romperse los diques pertenecientes a la empresa Samarco lanzaron 34 millones de metros cúbicos de desechos al medio ambiente. Informaciones anteriores indicaban que ese volumen había sido de unos 62 millones de metros cúbicos, puesto que esa era la cantidad de residuos que contenían los diques al momento de ceder.
Los últimos análisis relativos a la composición de la avalancha, que invadió el río Doce, una de las más importantes cuencas hidrográficas del país, indican que está compuesta por óxido de hierro y sílice.
En tal sentido, el informe cita un estudio de 2001 que indica que la asociación de los minerales presentes en los depósitos de minas de hierro y oro son ricos en metales que presentan un alto potencial tóxico.
El impacto de la riada sobre la vegetación y la fauna en el río Doce y sus afluentes incluye "fragmentación y destrucción de hábitats, sedimentación de los lechos de los ríos, enterramiento de lagunas y nacientes adyacentes a los lechos de los ríos, destrucción de vegetación acuática, (...) agravamiento del estado de conservación de especies ya catalogadas como amenazadas e ingreso de nuevas especies en esa definición", entre otras.
Por último, IBAMA señala que "la causa de los daños aún no cesó", puesto que el lodo contaminado "todavía está filtrándose del dique que cedió en la ciudad de Mariana", en el estado de Minas Gerais, desde donde se precipitó montañas abajo hasta llegar al mar en el litoral de Espírito Santo, estado vecino de Río de Janeiro, en el sureste del país.
"Mientras no haya estabilización (de la avalancha) no será posible mensurar el daño total" del accidente, por lo cual "se considera que más importante que saber lo que de hecho murió por la ola de lodo es averiguar lo que aún resta en las áreas afectadas y lo que efectivamente podrá ser recuperado", concluye el informe.