Mauricio Macri y Sergio Massa en la reunión de este viernes.
EFE
BUENOS AIRES.- El presidente de Argentina, Mauricio Macri, dedicó el primer día de gestión a recibir a referentes de la oposición con los que compitió en las recientes elecciones generales de Argentina para acordar una agenda común de trabajo en temas prioritarios como una reforma política y fiscal, pobreza y lucha contra el narcotráfico, entre otros.
El mandatario inició la ronda de negociaciones con
Daniel Scioli, candidato presidencial del Frente para la Victoria que perdió ante Macri la segunda vuelta electoral del 22 de noviembre, como parte de la estrategia del nuevo gobierno de buscar consensos con la oposición para la sanción de leyes en un Congreso que no controla.
"Hay que dar muestra de convivencia. Si en algún momento mi presencia puede contribuir a dar imagen de mayor confianza, allí me van a encontrar", señaló Scioli.
El ministro del Interior Rogelio Frigerio, presente en el cónclave, señaló a su vez que "está tomada la decisión política" para discutir un nuevo esquema fiscal que impulse un "mayor federalismo" entre las provincias.
En la conversación se abordó además una reforma política que contemple un sistema electoral más moderno, la lucha contra el narcotráfico, la independencia de la justicia y la recuperación del crédito internacional.
Macri expresó tras jurar como presidente en el Congreso que pretende superar la etapa de confrontación política de la que responsabilizó a su antecesora y lograr la unidad de los argentinos.
Cita con Massa
El presidente recibió más tarde a Sergio Massa, un peronista disidente que fue el tercero más votado en la primera vuelta electoral el 25 de octubre.
"Nosotros somos opositores al presidente Macri, pero vamos a ser una oposición constructiva", dijo Massa, quien se especula disputará con Scioli el liderazgo de la oposición. "Vamos a apoyar las cosas que nos parezcan bien y estemos de acuerdo. No somos levantamanos".
Massa, diputado nacional, le presentó a Macri una carpeta con proyectos de ley "para mejorar la Argentina en materia democrática".
El presidente tiene varios retos por delante: inflación de al menos 27% anual, restricciones a la compra de dólares, retraso cambiario, estancamiento de la economía, déficit fiscal superior al 7% del producto interno bruto y el litigio en Nueva York con los llamados "fondos buitres", inversionistas que han demandado al país por títulos impagos de deuda.
Luego se reunió con la centroizquierdista Margarita Stolbizer y con el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá, otro peronista disidente que también peleó por la presidencia en las últimas elecciones.
El único de los candidatos que no aceptó la invitación fue Nicolás Del Caño, del Partido de los Trabajadores Socialistas, quien adujo que "estas reuniones con quienes fuimos candidatos presidenciales tienen el objetivo de presentar como 'dialoguista' a un gobierno que se prepara para aplicar un brutal ajuste sobre el pueblo trabajador, y además piensa hacerlo por decreto".
