SYDNEY.- Los australianos conmemoran hoy el primer aniversario de la toma con rehenes por un clérigo iraní en una cafetería en Sydney, en la que murieron dos civiles y el secuestrador, con una serie de actos en honor de las víctimas.
"No nos someteremos ante aquellos que quieren traer maldad a esta ciudad y que quieren dividirnos", dijo el jefe del Gobierno del estado australiano de Nueva Gales del Sur (este), Mike Baird, según la agencia local AAP.
El líder estatal y el comisionado de la policía de Nueva Gales del Sur, Andrew Scipioni, visitaron el lugar del secuestro, en cuyo exterior había centenares de ramos de flores depositados por autoridades y particulares.
Está prevista una vigilia pública esta noche en Martin Place, donde se ubica el local, que incluirá un minuto de silencio para recordar a las víctimas y sobrevivientes de este ataque que motivó el reforzamiento de las medidas de seguridad y las leyes en el país.
La alcaldesa de Sydney, Clover Moore, declaró a la cadena ABC que la toma de la cafetería fue un evento aislado perpetrado por "alguien con antecedentes de violencia y claramente con una enfermedad mental que no debió estar en libertad condicional".
"No fue un acto terrorista", manifestó la política, pese a que las autoridades australianas lo declarasen como tal hace un año.
El 15 de diciembre de 2014, el autoproclamado clérigo iraní Man Haron Monis entró armado a la cafetería Lindt situada en Martin Place, el corazón financiero de Sydney, y se atrincheró en el local con las 18 personas que estaban en su interior de rehenes.
Tras más de 17 horas de tensión, la policía irrumpió en el lugar tras escuchar tiros y que varios rehenes saliesen del café.
La acción policial concluyó con las muertes del secuestrador, el gerente del establecimiento, Tori Johnson, y la abogada Katrina Dawson.
El Parlamento australiano aprobó a principios de este mes una controvertida legislación que permitirá la retirada de la ciudadanía a personas con doble nacionalidad involucradas en actos de terrorismo.
Esta ley es parte de un conjunto de medidas para luchar contra el terrorismo islámico que incluye mayores poderes a las fuerzas de inteligencia y seguridad y la retención de metadatos por parte de las compañías telefónicas, entre otras cosas.