El PP del actual Presidente Mariano Rajoy logró el primer lugar con 123 de los 350 escaños, pero está lejos de obtener la mayoría absoluta.
AP
SANTIAGO.- España dejó atrás el bipartidismo del conservador Partido Popular (PP) y del Partido Socialista (PSOE), luego de los comicios generales celebrados este domingo que dieron la bienvenida al Congreso a las dos nuevas fuerzas políticas: Podemos y Ciudadanos.
Sin embargo, ante la aparición de nuevos actores el gran ganador fue la incertidumbre. Aunque el PP del actual Presidente Mariano Rajoy
logró el primer lugar con 123 de los 350 escaños, está lejos de obtener la mayoría absoluta y por ende de crear por sí solo un nuevo Ejecutivo.
Ante este difícil escenario, los partidos deberán negociar, crear pactos y respaldar a un candidato a la presidencia en vistas de un nuevo Gobierno.
Ganadores y perdedores
Tras los resultados de este domingo, el principal perdedor de la jornada fue el PSOE. Con cerca de cinco millones de votos perdidos en relación a las elecciones de 2011, el PSOE quedó debilitado en el parlamento con sólo 90 escaños, el peor resultado en unas elecciones generales.
Con ello, su posibilidad de gobernar es difícil, aunque no descartable. Dependerá de Podemos, el gran ganador de la jornada. La formación emergente de izquierda de apenas dos años de vida, liderada por Pablo Iglesias, logró adjudicarse 69 escaños y la tercera posición.
Pero para lograr conquistar el Congreso de forma absoluta deberán aliarse también con los nacionalistas catalanes y vascos. Ambos de propuestas independentistas a la que Podemos adhiere, pero el PSOE se opone.
Por su parte, Ciudadanos, de inclinación centro liberal, fue otro de los grandes perdedores. Para muchos, su resultado de sólo 40 escaños fue por sobre todo decepcionante. Sin embargo, el PP ve en esta formación a un nuevo "aliado".
A pesar de que la coalición liderada por Albert Rivera aseguró que no pactará con ningún partido, dejaron anoche en claro que optarán por la abstención ante la candidatura de Rajoy. Con ello, el PP podría alcanzar una mayoría simple y lograr la investidura del actual Presidente, pero también, podría ver dicha posibilidad coartada si el resto de las fuerzas políticas votan en contra.
Una última carta que podría jugar Rajoy está puesta en el PSOE. Los opositores podrían seguir la línea de Ciudadanos y abstener su votación. No obstante, para muchos, tal decisión terminaría con la reputación del principal partido de izquierda español.
El Rey
La norma del sistema electoral establece que el candidato deberá ser propuesto por el Rey, tras una serie de consultas a los partidos. Su rol radica en proponer a quien tenga más posibilidades de alcanzar la confianza de los diputados y de llegar a gobernar.
Sin embargo, ante la nebulosa que impregna al sistema político, la participación de Felipe VI adquiere mayor protagonismo. Su rol mediador y favorecedor de la negociación entre los partidos se acentuará para que alguno de los principales candidatos obtenga la investidura.
Para ello, el aspirante deberá contar con el respaldo de la mayoría absoluta de los diputados en una primera votación. De no lograrse, se someterá a una segunda elección, pero esta vez, sólo le bastará con lograr la mayoría simple.
Si vuelve a rechazarse, el monarca deberá optar por otro nombre y comenzar un proceso de votación en torno a él en un plazo de dos meses. De lo contrario se disolverán las Cámaras y se convocará a unas nuevas elecciones generales.
Sin embargo, el Rey tendrá también en sus manos la decisión de retrasar las negociaciones hasta cumplir los dos meses de plazo y obligar así, a los nuevos comicios en un plan por desfragmentar la Cámara.