CHICAGO.- Un policía de Chicago se declaró "no culpable" este martes de matar de 16 disparos a un adolescente afroamericano, lo que agravó las tensiones sobre racismo y abusos policiales, informaron medios estadounidenses.
La comparecencia del agente Jason Van Dyke ocurre cuando la ciudad está aún conmocionada por otra reciente actuación policial que acabó con víctimas negras.
Van Dyke fue inculpado el 24 de noviembre de "muerte con premeditación", un cargo penal extremadamente raro en Estados Unidos para un policía, e inédito desde hace varias décadas en Chicago.
Horas más tarde de que se le levantaran cargos, las autoridades hicieron público un impactante video de octubre de 2014 que muestra al oficial abriendo fuego fríamente contra Laquan McDonald, de 17 años, que portaba un cuchillo cuando fue detenido por el policía, pero sin representar un peligro inminente.
El impacto que causaron las imágenes del hecho, que se volvieron virales en internet, llevó a la destitución de Garry McCarthy, jefe del Departamento de Policía de Chicago (CPD).
El Presidente Barack Obama, que tiene fuertes vínculos con esta ciudad, dijo en el momento sentirse "profundamente conmocionado".
Las autoridades federales lanzaron a principios de diciembre una investigación sobre el CPD, en especial sobre el uso de la fuerza letal y las eventuales discriminaciones raciales de la que está señalado el cuerpo.
Pero se necesitará tiempo para atenuar la profunda desconfianza de los habitantes de la tercera ciudad de Estados Unidos a la luz de los acontecimientos recientes: este sábado, un afroamericano de 19 años y su vecina, madre de cinco niños, murieron en circunstancias poco claras a manos de la Policía, que acudió a un llamado por una disputa familiar.
El alcalde, Rahm Emanuel, se vio obligado a acortar sus vacaciones. El demócrata, ex jefe de gabinete de Barack Obama, ha sido acusado de tratar de encubrir el escándalo del homicidio de Laquan McDonald y de haber fracasado en bajar las tensiones raciales en Chicago.
Además, las declaraciones de Van Dyke se llevan a cabo un día después de que en
Cleveland, el policía blanco que mató a Tamir Rice, un niño de raza negra de 12 años, fuera absuelto.