CARACAS - Poniendo fin a la hegemonía chavista de 17 años en Venezuela, la oposición asumió este martes el mando del Parlamento en un país sumido en una severa crisis económica y convulsión política, con la promesa de reactivar la economía y buscar un cambio de gobierno.
Con aplastante mayoría opositora de 112 diputados contra 55 oficialistas, la Asamblea Nacional electa en los históricos comicios del 6 de diciembre para los próximos cinco años se juramentará en un acto enmarcado en un clima de tensión, con marchas previstas por seguidores de uno y otro bando, que ya empezaban a congregarse.
Llevando gorras de la bandera venezolana, acompañados de algunos simpatizantes y una batería de periodistas, diputados opositores ingresaban poco a poco al Palacio Legislativo, tras pasar el cordón de seguridad montado en los alrededores por la militarizada Guardia Nacional.
Anoche, el presidente Nicolás Maduro dijo haber dado órdenes a los cuerpos de seguridad para que garanticen una instalación pacífica del Legislativo, por lo que se dispusieron dos sectores para las manifestaciones a fin de evitar que se produzcan incidentes entre ellos.
"Cinco de enero, día de paz, que se instale el parlamento burgués y los revolucionarios a trabajar, a rectificar, a luchar y a construir", manifestó el gobernante en cadena de radio y televisión.
El diputado opositor Henry Ramos Allup, elegido sucesor de Diosdado Cabello -número dos del chavismo-, como presidente del Parlamento, dijo confiar en que la Fuerza Armada garantizará el orden en la ceremonia de instalación.
La crisis en Venezuela
El país con las mayores reservas petroleras del mundo sufre el desplome de los precios del crudo -fuente del 96% de sus divisas-, un déficit fiscal del 20% del PIB, 200% de inflación, severa escasez de alimentos y una contracción económica del 6% en 2015, según cálculos privados.
Agotados de las colas para comprar comida y la inseguridad rampante, los venezolanos están a la expectativa, algunos esperanzados pero otros pesimistas dada la confrontación vista estas semanas.
En víspera del cambio de legislatura, Maduro promulgó una reforma para quitar al Parlamento la facultad de elegir al presidente del Banco Central y ahora lo hará el Ejecutivo.
Golpe contra golpe
Uno de los cambios más polémicos que anunciaron desde la oposición, es la intención de aprobar una amnistía para 75 presos políticos, entre ellos el opositor radical Leopoldo López, condenado a casi 14 años de prisión acusado de incitar a la violencia en las protestas en 2014.
De lado del gobierno, Maduro evalúa presentar en breve un "plan de emergencia" para la reactivación económica y dijo esperar que la mayoría opositora no lo "sabotee".
La Mesa de Unidad Democrática (MUD) anunció que también ofrecerá, en máximo seis meses si el oficialismo se resiste a las reformas económicas, una vía "democrática, constitucional, pacífica y electoral", según Ramos Allup, para buscar una salida anticipada del presidente, elegido por seis años en abril de 2013, tras la muerte del líder socialista Hugo Chávez.
La oposición acusó al gobierno ante organismos internacionales de intentar un "golpe de Estado judicial con la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -al que acusa de aliado del oficialismo- de
suspender la proclamación de tres diputados opositores y uno oficialista en el sureño estado Amazonas. De esta forma se amenazaba la mayoría calificada de dos tercios de la oposición.
A pocos días de la instalación de la nueva Asamblea, la mayoría oficialista saliente nombró a 13 magistrados del TSJ, órgano que dirimirá las disputas parlamentarias, e instaló el Parlamento Comunal -con representantes de comunas chavistas-, como contrapeso a un Legislativo opositor.