BUENOS AIRES.- Los tres prófugos argentinos condenados por un triple crimen vinculado con el narcotráfico son buscados en la frontera con Paraguay y Brasil, al tiempo que se analiza si contaron con ayuda de grupos narco para escapar hace diez días de una cárcel de máxima seguridad en la provincia de Buenos Aires.
Un hombre fue detenido hoy en la ciudad de Posadas, capital de la provincia de Misiones, en el extremo noreste de Argentina, sospechoso de haber trasladado a la ciudad paraguaya de Encarnación a los tres prófugos, informaron fuentes de la investigación citadas por la agencia local DyN.
Las fuerzas de seguridad extremaron en tanto los controles en los pasos límitrofes a Brasil y Paraguay, ante una advertencia enviada por el Ministerio de Seguridad por la sospecha de posibles intentos de fuga del país a través de las provincias del noreste argentino.
Las autoridades desplegaron un megaoperativo de búsqueda de Víctor Schillaci y los hermanos Martín y Cristian Lanatta, condenados a prisión perpetua por un triple crimen vinculado al narcotráfico en agosto de 2008.
Los tres escaparon con sorprendente facilidad en la madrugada del domingo 27 de diciembre de la cárcel de máxima seguridad de General Alvear, en la provincia de Buenos Aires.
La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, denunció la "complicidad de una parte" del Servicio Penitenciario provincial en la fuga, por lo que removió a su cúpula e intervino el penal de donde escaparon los condenados.
El caso tuvo una fuerte repercusión política, porque uno de los condenados, Martín Lanatta, aseguró meses atrás que el autor intelectual del triple crimen habría sido Aníbal Fernández, por entonces jefe del Gabinete de ministros del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y aspirante a gobernador de la populosa provincia de Buenos Aires.
Los tres prófugos fueron condenados a cadena perpetua por el asesinato de los empresarios Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, cuyos cuerpos fueron hallados el 13 de agosto de 2008 en una zona despoblada de la localidad de General Rodríguez, unos 50 kilómetros al oeste de la capital.
Las víctimas, ejecutadas a balazos, estaban involucradas en el tráfico de efedrina, que se utiliza para la fabricación de drogas sintéticas como la metanfetamina. Además, estaban relacionados con el aporte de fondos para la campaña presidencial de Fernández de Kirchner en 2007.