PARÍS.- Dos meses después de los atentados del 13 de noviembre en París, la investigación se centra en Bélgica y en cuatro hombres todavía buscados por las policías europeas, entre ellos Salah Abdeslam, mientras tres siguen sin ser identificados.
Perpetrados por al menos nueve yihadistas repartidos en tres comandos, los tiroteos contra las terrazas de restaurantes, las explosiones cerca del Estadio de Francia y la matanza en el teatro musical Bataclan causaron 130 muertos y cientos de heridos.
Salah Abdeslam, de 26 años, sospechoso de haber desempeñado por lo menos un papel clave en la logística de los atentados, sigue prófugo tras haber sido ayudado a salir de París por amigos suyos al día siguiente de los ataques. "No sabemos dónde está", reconoció el domingo el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve.
El 16 de noviembre, en base a una información, la policía creyó que se encontraba en una casa del barrio Molenbeek de Bruselas, pero la operación fue un fracaso.
La investigación demostró los estrechos vínculos de Abdeslam con el belga-marroquí Abdelhamid Abaaoud, presunto organizador de los atentados, que murió el 18 de noviembre en el asalto dado por la policía a un edificio de Saint-Denis. Originarios ambos de Molenbeek y cómplices de delitos comunes, se conocían desde hacía más de diez años.
Mohamed Abrini, otro belga-marroquí, que fue visto en compañía de Abdeslam dos días antes y sin duda la víspera de los atentados, es también sospechoso de haber desempeñado un papel importante y es objeto asimismo de una orden de captura internacional.
Los investigadores buscan a otros dos hombres, sospechosos de complicidad. Ambos fueron controlados a principios de septiembre en Austria junto con Abdeslam, en posesión de documentos falsos a nombre de Samir Bouzid y Soufiane Kayal.
Se ignora si los cuatro pudieron viajar a Siria después de los atentados y ningún elemento apoya esa hipótesis hasta ahora.
La investigación parece estancada también en la búsqueda de la procedencia de las armas utilizadas, de origen serbio, búlgaro y chino.
Hasta ahora sólo fueron identificados seis de los nueve yihadistas muertos la noche de los ataques o, bien, en el asalto al edificio de Saint-Denis en el que se habían atrincherado.
Aún no se tiene la identidad de dos de los tres extremistas del Estadio de Francia, que vinieron a Europa desde Siria con pasaportes falsos en medio del flujo de inmigrantes. Y la policía sigue tratando de identificar también al tercer hombre muerto el 18 de noviembre en Saint-Denis, que probablemente participó en los atentados.
Al menos siete de los autores estuvieron en Siria ¿Cómo llegaron a Europa los otros, en particular Abaaoud, que era buscado ya? ¿Cuántos de ellos entraron entre la masa de refugiados? Hasta ahora no hay respuesta para esas preguntas.