Reuters
SEÚL.- La presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, dijo el miércoles que el mundo necesitaba una respuesta más dura a la última prueba nuclear de Corea del Norte, que demostró que las sanciones impuestas a Pyongyang en el pasado no lograron disuadirlo.
Al describir los ensayos de la semana pasada como una grave provocación y un "desafío inaceptable" a la paz y seguridad mundiales, Park dijo que era el momento de adoptar una línea más dura contra las autoridades norcoreanas.
"Las respuestas de la comunidad internacional contra la última prueba nuclear de Corea del Norte deben ser diferentes a las del pasado", dijo la presidenta surcoreana en una tradicional rueda de prensa anual.
Seúl, además de trabajar con la ONU para adoptar la resolución más fuerte posible para castigar a Pyongyang, también quiere discutir con Estados Unidos y sus aliados "sanciones punitivas" adicionales, añadió.
Sus declaraciones llegan horas después que los legisladores estadounidenses aprobaran por mayoría imponer estrictas sanciones económicas a Corea del Norte, en la línea de las sanciones contra Irán.
Los especialistas ponen en duda que Corea del Norte llevara a cabo la semana pasada un ensayo nuclear con una bomba H, mucho más potente que una bomba atómica ordinaria. La energía que desprendió era demasiado débil, aseguran.
No obstante, independientemente del artefacto utilizado, se trataba del cuarto ensayo nuclear de Corea del Norte, que violaba así las resoluciones de Naciones Unidas prohibiéndole cualquier programa nuclear o armamentístico.