SANTIAGO.- Hassan Rouhani, Presidente de Irán, se convirtió este lunes en el primer líder de su país en visitar Europa en los últimos 16 años. Esto, en el marco de su búsqueda por estrechar lazos comerciales con los países del viejo continente, tras la puesta en marcha del acuerdo nuclear.
Clérigo reformista de 67 años, durante su extensa carrera política siempre fue un gran crítico del aislamiento de Irán respecto al resto de los países y hoy, tras el levantamiento de sanciones a su país, se ha esforzado en corregirlo.
Habla con gran manejo inglés, alemán, francés, ruso y árabe, y tiene un doctorado en leyes de la Universidad Caledonian de Glasgow en Escocia. Además, fue el editor jefe de tres publicaciones trimestrales en investigación científica, estratégica y de política exterior.
Desde su ingreso a la política, llegó a posicionarse como una figura clave ocupando diversos cargos parlamentarios como vicepresidente y representante del líder supremo ayatolá Ali Jamenei, máxima autoridad iraní, en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
De postura firme y fuerte, este político moderado que goza del respaldo del movimiento reformista, posee también la imagen de un líder conciliador y es visto como un puente entre las posturas enfrentadas.
En 1999, durante las manifestaciones estudiantiles que buscaron el cierre de un diario de su coalición, Rouhani adoptó una postura dura y radical. Como presidente de la comisión de Defensa en el Parlamento, no dudó en asegurar que los culpables por el sabotaje y destrucción de bienes del Estado enfrentarían la pena de muerte.
Sin embargo, apoyó las manifestaciones que estallaron tras las elecciones de 2009 y rechazó la acción del Gobierno de Mahmoud Ahmadinejad, de oponerse y reprimir, lo que él consideró, el derecho a protesta del pueblo.
Negociador nuclear
Tras 14 años como parte del Consejo Supremo de Seguridad, asumió la dirección de las conversaciones con las potencias occidentales, desempeñándose como jefe negociador nuclear de su país. Tras varios intentos fallidos por sacar a Irán del banquillo de los castigados y de lograr un acercamiento con occidente, fue su llegada a la presidencia en 2013, con más del 50% de los votos, la que motivó la primera señal real del mejoramiento de las relaciones.
Durante los debates de la campaña política de cara a los comicios, Rouhani puso en la palestra temas especialmente delicados para el líder supremo, la principal autoridad religiosa y política del país.
Rechazó el extremo aislamiento de Irán de la comunidad internacional, el grave estado de la economía y por sobre todo, fue enfático en su crítica al enfrentamiento del país con las potencias mundiales por el programa nuclear y las sanciones internacionales.
Tales dichos, atrajeron la atención del resto de las potencias, quienes lo vieron como una puerta para la solución del conflicto. Distinto a lo ocurrido con su predecesor Mahmoud Ahmadinejad, quien según los expertos, elevó las tensiones con occidente a través de su tono "agresivo" y culpandolo de buscar "la destrucción" de la región.
Ell 27 de septiembre, tres meses luego de que alcanzara la presidencia en unas elecciones con alta concurrencia, Hassan Rouhani, ahora como Presidente, recibió una llamada de su par estadounidense Barack Obama.
Esta fue la primera conversación entre líderes de ambos países desde 1979, luego de que EE.UU. cortara las relaciones a raíz de la toma de la embajada en Teherán por estudiantes islámicos. La llamada demostró el deshielo en las relaciones y dos meses después, la aspiración de la comunidad internacional se hacía realidad, tras darse inicio a las negociaciones sobre el plan nuclear.
Con la puesta en marcha del acuerdo entre las potencias de occidente y con las sanciones levantadas, Rouhani buscará retomar los lazos comerciales. Con una proyección de 5% de crecimiento, el líder iraní, optimista, prevé que el 2016 será el gran año de beneficios para su país.