BERLÍN.- Frauke Petry, jefa del partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD), protagonizó hoy una nueva polémica al justificar el uso de armas de fuego en las fronteras para frenar la entrada de refugiados al país en casos extremos.
"Necesitamos controles amplios para impedir que sigan ingresando refugiados no registrados desde Austria", exigió la dirigente en una entrevista publicada hoy por el diario "Mannheimer Morgen".
Los policías deben impedir cruces ilegales en la frontera, "en caso necesario también usando armas de fuego. Así figura en la ley", añadió Petry. "Ningún policía quiere disparar a un refugiado. Tampoco yo. Pero como último recurso hay que usar las armas".
Las declaraciones de Petry provocaron la condena unánime de la mayoría de partidos y de la policía.
El jefe del bloque parlamentario socialdemócrata (SPD), Thomas Opperamann, acusó a Petry de "alentar un clima contra los refugiados de un modo inaceptable".
La propuesta de la política de AfD recordó a Oppermann a los tiempos de la Alemania comunista (RDA). "El último político alemán que hizo disparar a refugiados fue Erich Honecker", dijo sobre el antiguo líder de la RDA.
También Los Verdes emitieron un comunicado condenando las palabras de Petry. "Demuestra que AfD es un partido profundamente racista, discriminatorio y que desprecia la dignidad humana", dijo la jefa parlamentaria de la fuerza, Katrin Gring-Eckardt.
El vicejefe del grupo parlamentario del partido poscomunista La Izquierda, Jan Korte, calificó las declaraciones de Petry de "inhumanas, brutas y antidemocráticas" y consideró que la jefa de AfD "se sentiría sin duda muy cómoda en Corea del Norte".
El sindicato de la Policía alemana, entre tanto, rechazó de forma tajante la visión de Petry. "Destapa una ideología radical y contraria a la dignidad humana", dijo el vicepresidente del órgano, Jorg Radek.
AfD viene aprovechando la preocupación de muchos alemanes por el flujo de refugiados -1,1 millones sólo en 2015- para endurecer su discurso antiinmigración.
El recurso dio resultado: las últimas encuestas nacionales colocan al partido como tercera fuerza en intención de voto, por detrás de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel y de los socialdemócratas del SPD.