BUENOS AIRES.- El Presidente de Argentina, Mauricio Macri, recibió este jueves a los referentes de las centrales sindicales en una reunión que ambas partes evaluaron como positiva en medio de despidos, demandas de aumentos salariales y la preocupación por la inflación que alcanzó el 30% en 2015.
"La reunión fue positiva. No nos vamos con soluciones, pero nos vamos conformes", dijo el jefe de una de las centrales obreras, Antonio Caló.
El sindicato de empleados del Estado (ATE) anunció una huelga nacional para el 24 de este mes en rechazo a miles de despidos que comenzaron a instrumentarse en la administración pública desde que asumió Macri el 10 de diciembre.
La reunión se produce en la antesala de la apertura de negociaciones salariales anuales entre sindicatos y empresas a instancias del Gobierno.
La escalada de los precios, sobre todo de los alimentos, entre ellos la leche, el pan y la carne vacuna, es otra de las preocupaciones de sindicatos y del Ejecutivo. Esto por su incidencia en el bolsillo de los argentinos y su impacto en la inflación, cuyo índice nacional está bajo elaboración, pero que no se conocerá hasta el último trimestre del año.
Más temprano, al anunciar el ajuste semestral que por ley reciben jubilados y beneficiarios de ayuda social, Macri había admitido que la inflación está en "niveles inaceptables".
Los sindicatos reclaman la modificación del Impuesto a las Ganancias que alcanza a los sueldos desde los 15 mil pesos (unos mil dólares) como paliativo a la pérdida del poder adquisitivo del salario respecto a la inflación.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, anunció que la semana próxima el Gobierno presentará un proyecto de ley para su modificación.
"De todas formas el tema es la expresión de un problema mayor que es la inflación. Lograr que la inflación deje de ser una variable en la economía argentina va a llevar un tiempo", dijo en rueda de prensa junto al ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
El Gobierno plantea una meta inflacionaria de entre 20 y 25% para este año y pretende que las discusiones salariales se encuadren en esa franja.
Sin embargo los sindicatos anticiparon la semana pasada que pedirán incrementos que rondan el 30% y rechazaron la pretensión de ponerle un techo a la discusión salarial.