MIAMI.- Una empresa de tractores con sede en Alabama será la primera fábrica estadounidense autorizada para instalarse y operar en Cuba en más de 50 años, gracias a las medidas ejecutivas adoptadas por el Gobierno del presidente Barack Obama para relajar el embargo económico que pesa sobre la isla.
La compañía Cleber recibió la aprobación del Departamento del Tesoro de EE.UU. a comienzos de este mes, según indicó uno de sus dos fundadores, el cubano-estadounidense Saúl Berenthal.
Berenthal, de 72 años y que emigró desde Cuba a EE.UU. con 16 años, explicó que con esta iniciativa, además de hacer negocio, quiere sentirse "orgulloso" de poder contribuir a que los "pueblos de ambos países se acerquen y se conozcan mejor".
Su objetivo es comenzar a vender los tractores fabricados en Cuba tanto en la isla como en otros países de América Latina a partir del primer trimestre de 2017.
Para ello, necesita una inversión inicial de US$5 millones, que podría llegar a los US$10 millones para 2020, cuando prevén ampliar la actividad de la empresa también con la fabricación de maquinaria para la construcción.
Berenthal explicó que la agricultura y la construcción son dos de los principales pilares para el futuro económico de la isla, pues representan el soporte necesario para alimentar el principal motor de la economía de la isla: el turismo.
Cleber planea construir una planta de ensamblaje para sus tractores en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), un gran puerto mercante y centro empresarial en construcción que es uno de los proyectos estrella del Gobierno cubano para captar inversiones extranjeras y que permite vender tanto en la isla como en el exterior.
Explicó que están en conversaciones para "distribuir o levantar fábricas similares" en Costa Rica, Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia y Chile, entre otros países.
Esos tractores, que llevarán la marca "Oggún", en homenaje a uno de los "orishas guerreros" de la santería cubana, tendrán un coste entre US$10 mil y "lo más cercano a US$8 mil".
El empresario indicó que ya se han puesto en contacto con ellos varias empresas de EE.UU. interesadas en fabricar en Cuba, país que cuenta con la ventaja de que, gracias a tratados comerciales con países de América Latina, puede ofrecer precios "muy eficientes" de sus productos.