MEXICO.- El Papa Francisco cerrará este miércoles su viaje a México en la fronteriza Ciudad de Juárez, donde se trasladó esta mañana, en un momento en el que la inmigración es un tema clave.
En forma de despedida, un mariachi entonó las notas de "Las Golondrinas" y miles de personas lo esperaron tanto afuera de la Nunciatura donde pasó las cinco noches que estuvo en México, así como a lo largo de las calles por las que pasó rumbo al aeropuerto internacional.
El Pontífice viajó a Ciudad Jueárez donde sostendrá algunos de sus actos más esperados: una visita en una prisión local y una parada en la frontera de Texas.
Además, sostendrá una reunión con trabajadores mexicanos, grupos de base y empleadores, un encuentro en el que es probable que reitere su mantra sobre la necesidad de "tierra, techo y trabajo" dignos para todos.
Los últimos actos de Francisco cierran una atareada visita que se centró en las injusticias que afrontan los más pobres en México ante la violencia generada por los carteles de las drogas.
En el penal, se espera que el Pontífice reitere su mensaje de paz tras el mortal enfrentamiento de la semana pasada en la prisión de Topo Chico, en Monterrey, donde bandas rivales pelearon con martillos, garrotes y cuchillos improvisados y donde murieron 49 personas.
No hace mucho que Juárez estaba considerada como la capital mundial del asesinato, ya que la guerra entre carteles del narcotráfico elevó la tasa de homicidio a 230 por cada 100 mil habitantes en 2010.
Los tiempos han cambiado. El año pasado, la tasa de homicidio de la ciudad fue de unos 20 por cada 100 mil personas, más cerca de la media nacional mexicana y muy por debajo de lo que registran ahora otros puntos de intensa violencia por el narcotráfico, como la ciudad turística de Acapulco, en el estado de Guerrero.
Tras visitar la cárcel, Francisco se reunirá con trabajadores y grupos activistas en un estadio deportivo, donde se espera que hable sobre la pobreza y la desigualdad.
El Papa también tenía previsto visitar la frontera con El Paso, Texas, donde se esperaba que hiciera una parada en la cerca y ofrecer una bendición en honor de los migrantes al otro lado, además de rezar por los que murieron tratando de llegar a Estados Unidos.
Su gira culminará con una misa multitudinaria al aire libre que se retransmitirá en varias pantallas gigantes al otro lado del río Bravo (conocido como río Grande en Estados Unidos) en el Sun Bowl Stadium, donde las autoridades estadounidenses esperaban un público de al menos 30 mil personas.