SANTIAGO.- El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, acusó a la oposición de realizar un "despliegue de matonaje electoral" en contra de los sectores más rurales del país, ante los reclamos por el lento conteo de los votos del referéndum para una reforma constitucional.
"Hay un despliegue de matonaje electoral e intento de fraude electoral en contra de los sectores campesino del país", afirmó el secretario de Estado y aseguró que aún faltan votos por contar.
"Falta un 17% que es el voto de los campesinos, de los indígenas, de los más desposeídos", afirmó.
Con el 85% de las actas escrutadas, el "No" a la reforma que habría habilitado la opción de una nueva reelección del Presidente Evo Morales lograba el 53,8% de los votos, frente al 46,2% del "Sí", según datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral.
A pesar de las celebraciones de los adherentes al "No" en primera instancia, en las últimas horas la diferencia con el "Sí" se ha hecho cada vez más estrecha.
Por ello, los partidos en contra del Gobierno de Evo Morales han concurrido a las afueras de la sede del Tribunal Supremo Electoral para manifestarse y para denunciar posibles fraudes en los conteos de votos.
"Se está yendo a presionar y chantejear en el recuento del voto. La derecha va intentar anular voto campesino", enfatizó. "Si son demócratas dejen que las autoridades (electorales) realicen su trabajo, no hay necesidad de intimidación (...) Dejemos que los organismos internacionales vean y garanticen el proceso".
El Gobierno de Morales tiene puesta su confianza en que los sectores rurales harán repuntar la opción que permite la reelección al Mandatario. Por ello, para García Linera, los opositores buscan que bloquear dichas votaciones.
"No solo hay un intento de presionar al Tribunal Supremo sino de anular actas de sectores campesinos (...) que se respete el voto de los hermanos del campo, su voto vale igual que alguien de clase alta", sentenció Linera, quien además reiteró que para el Ejecutivo, los resultados evidencian "un empate técnico".
Los últimos escrutinios confirma hasta el momento los datos de dos encuestas a boca de urna difundidas el domingo, pocas horas después de la votación, que dieron por perdido el referendo al líder boliviano.
El líder de centroizquierda ocupa la presidencia desde el 2006 y pretendía reformar la Constitución para poder postularse para gobernar el país del 2020 al 2025.
