BUENOS AIRES.- El presidente de Argentina, Mauricio Macri, enfrenta el miércoles la primera huelga de alcance nacional de trabajadores estatales, respaldada por dos centrales obreras en una marcha hacia la Casa de Gobierno, en rechazo a miles de despidos de empleados públicos.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), con 240 mil afiliados en todo el país, organizó la jornada de protesta a la que adhirieron los dos sectores en que se divide la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), junto con partidos de izquierda. El mitin desafió un nuevo protocolo de seguridad que reprime los cortes de calles.
"El argumento para echar a 'ñoquis' (empleado que cobra sin trabajar) ya no se lo cree ni el Gobierno. Sólo reducen personal", dijo a la prensa Hugo Godoy, líder de ATE.
El Gobierno macrista había sostenido que las cesantías adoptadas desde que asumió el 10 de diciembre afectan a "ñoquis" y militantes del kirchnerismo.
La movilización por avenidas hacia la Plaza de Mayo desafió el nuevo protocolo gubernamental de seguridad que otorga cinco minutos para despejar la calle a quien se manifieste sin permiso antes de iniciar una represión.
Bloqueos y marchas
Manifestantes comenzaron bloqueando céntricas esquinas de la capital argentina sin que la policía interviniese para dispersarlos, vencidos los plazos de tolerancia que impone el nuevo protocolo.
La concentración en la Plaza de Mayo coincide con la visita oficial del Presidente de Francia, François Hollande.
El Gobierno cifró en 6.200 los despidos hasta el momento, pero fuentes sindicales aseguran que superan los 20 mil y es sólo el comienzo de un plan de mayor magnitud.
La jornada, con cese de actividad en toda la administración nacional, es además una protesta contra el polémico protocolo anunciado la semana pasada que limita las protestas sociales, por lo que recibió el apoyo de diversos sectores.
Las nuevas órdenes se conocen cuando se realizan múltiples protestas vecinales por cortes de energía y en medio de la crispación social por los aumentos de tarifas de electricidad, una inflación mayor a 30% anual en 2015 y puja sindical por aumentos de salarios superiores a 30% en 2016.
El 24 de marzo próximo centenares de entidades sociales y políticas, marcharán a la Plaza frente a la Casa Rosada al cumplirse 40 años del golpe de Estado que instaló un régimen cívico-militar con saldo de miles de desaparecidos y exiliados.
La movilización coincidirá con la visita del Presidente estadounidense Barack Obama, por lo cual se generó tensión con los organizadores que acusan a Estados Unidos de alentar el golpe de 1976.