SANTIAGO.- Este jueves, el fiscal general de la Cámara del Crimen argentina,
Ricardo Sáenz, aseguró que la muerte de Alberto Nisman fue un asesinato.
Así lo estableció en un dictamen que envió a la Justicia, siendo el primer funcionario judicial en plantear dicha hipótesis como la correcta. Sáenz afirma que existen una serie de pruebas que dejan claro que la muerte del fiscal fue un homicidio.
Nisman fue encontrado la madrugada del 18 de enero del año 2015, en el baño de su departamento en la Torre Le Parc, ubicada en Azucena Villaflor 450 del barrio de Puerto Madero, con un disparo en la cabeza.
El caso AMIA
Para Sáenz, una de las claves de la investigación, es el periodo en que ocurre la muerte. Cuatro días antes de que falleciera, Nisman acusó a la entonces presidenta Cristina Fernández y a su canciller, Héctor Timerman, de haber encubierto a los responsables del caso de terrorismo más grave ocurrido en Argentina: el caso AMIA.
La investigación del atentado que ocurrió en 1994 y que dejó 85 muertos y cerca de 300 heridos, estuvo en manos del fallecido fiscal por al menos diez años.
Para el 19 de enero del año pasado estaba fijada una audiencia de Nisman en el Congreso, donde mostraría las pruebas y explicaría su acusación en contra de los altos mandos del Gobierno. Un día antes fue encontrado muerto.
Un "arma amiga" y un disparo sin rastros
Otro de los argumentos que esgrima el funcionario judicial, es que tras las pericias pertinentes no existen hallazgos de que el fiscal haya disparado el arma calibre 22 que fue encontrada en el baño de su casa.
Según los análisis, en las manos del fiscal no se encontraron rastros de pólvora, las que habrían existido si se hubiera disparado. Además, se hallaron una serie de lesiones, correspondiente a golpes, en el cuerpo del fiscal.
Por ello, Sáenz indica al técnico informático, Diego Lagomarsino, como el principal implicado en el homicidio del abogado. Éste fue quien le habría prestado el arma a Nisman durante ese fatídico domingo, causa por la cuál es actualmente investigado.
Sin embargo, Sáez afirma que debería ser imputado por todos los actos delictivos cometidos en el caso, pues las mismas indagaciones señalan su intervención en la escena.
El estado de ánimo
Asimismo, el fiscal de la Cámara del Crimen dictaminó en el documento que, contrario a lo que se esperaría de una persona que tiene considerado suicidarse, Nisman gozaba de buen ánimo.
Según declaraciones testimoniales, en esos días, el también profesor de derecho se encontraba enfocado en la argumentación de la denuncia que realizaría en el Congreso en contra de la ex Presidenta y se encontraba "satisfecho" con su investigación. Para la defensa, ésto hace suponer que no tenía ninguna intensión de matarse.
Con estos argumentos esgrimidos, Sáez solicitó que el caso del Alberto Nisman pase a fuero federal y así sea transferido a los tribunales Comodoro Py, donde se tratan temas de corrupción.