Reuters
ISLAMABAD.- Mumtaz Qadri, sentenciado por el asesinato en 2011 de un gobernador provincial paquistaní defensor de la derogación de las estrictas leyes antiblasfemia y contrario al extremismo religioso, fue ejecutado hoy en una prisión de Pakistán tras el rechazo del perdón presidencial.
El ahorcamiento tuvo lugar a las 4:00 horas locales (23:00 horas GMT) en la cárcel Adiala de Rawalpindi, colindante con la capital, dijo el portavoz de la prisión Mohammed Daniyal.
La fuente afirmó que el condenado vio a su familia ayer por última vez.
Un portavoz policial que prefirió mantener el anonimato indicó que el cuerpo ha sido entregado a sus familiares para el rito funerario.
Este portavoz también señaló que se ha reforzado la seguridad en distintos puntos del país ante posibles protestas por la ejecución y que se han llevado a cabo arrestos de seguidores de Qadri.
Varios partidos islamistas amenazaron con protestas en caso de que la ejecución siguiera adelante.
La televisión paquistaní Geo mostró imágenes de algunos manifestantes cortando una de las carreteras de Islamabad en protesta por el ahorcamiento.
Qadri fue condenado por matar a balazos en Islamabad en 2011 al gobernador de la provincia oriental de Punjab, Salman Tasir, del que como miembro de las fuerzas de elite punyabíes era uno de sus guardaespaldas, tras confesar que lo hizo por considerarlo un blasfemo.
El gobernador era uno de los más firmes defensores de Asia Bibi, cristiana condenada a muerte por blasfemia en un caso que adquirió mucha notoriedad incluso fuera de Pakistán, una república islámica.
Tanto el Alto Tribunal de Islamabad como el Tribunal Supremo paquistaní habían rechazado las apelaciones de Qadri a la condena a pena de muerte.
Pakistán levantó la moratoria a la ejecución de la pena capital para casos de terrorismo en diciembre de 2014 tras el ataque talibán a una escuela en Peshawar (noroeste), que causó la muerte de 125 menores y 12 empleados.
El veto se levantó para el resto de delitos definitivamente en marzo, lo que puso fin a una moratoria de facto sobre la pena capital que venía manteniéndose desde 2008.
Desde entonces, han sido ahorcadas 351 personas, según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán.