Ayer se realizaron elecciones generales en Eslovaquia.
EFE
PRAGA.- Los dirigentes del ultranacionalista Partido Popular Nuestra Eslovaquia (LSNS) de origen neonazi, agradeció este domingo a Dios el éxito que obtuvieron ayer en elecciones generales, en las que obtuvieron el 8% de los votos y 14 de los 150 escaños del Parlamento nacional.
"Queremos, en primer lugar, agradecer a Dios, sin el cual no habríamos conseguido nunca este éxito", dijo el vicepresidente del partido, Rastislav Schlosár, tras conocer el resultado una vez escrutado el 99,98 % de los votos.
Schlosár atribuyó el triunfo a que la gente "está cansada de los partidos políticos estándar, que durante décadas destruyen Eslovaquia y sirven a intereses extranjeros que nos dictan desde Bruselas y Washington".
La retórica antieuropeísta y contra la OTAN es una de las divisas de esta formación, que aboga por "la liberación de Eslovaquia y la renovación de su soberanía".
Schlosár añadió que su entrada en el Parlamente es "una buena noticia para todos aquellos que están hartos de los ladrones con corbata y de los parásitos en las aldeas", en alusión a la minoría gitana.
Marian Kotleba, un ex maestro de 39 años es desde diciembre del 2013 gobernador de la región de Banska Bystrica y el líder del partido. El político ha sido detenido en varias ocasiones por incitación al odio y al racismo, y su nuevo partido sigue atacando a los gitanos en Eslovaquia, a los que suele llamar "parásitos".
Por eso, su entrada en la Cámara ha sido vista con recelo por la mayoría de las fuerzas políticas, que rechazan llegar a acuerdos de coalición con él.