SANTIAGO.- La última edición del "Súper martes" en las primarias estadounidenses dejó bastante material para el análisis. Primero, la confirmación de la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump tras
sus sendos triunfos en las elecciones celebradas en los estados de Florida, Illinois, Ohio y Carolina del Norte. Segundo, con la victoria del magnate, el panorama en su partido cambió.
Esto se vio reflejado con
la renuncia a su candidatura del senador por Florida Marco Rubio, quien tras no triunfar en su propio estado, dio un paso al costado, sumándose a los otros 12 precandidatos que han quedado en el camino, como Ben Carson, Rick Santorum o Jeb Bush.
De este modo, el panorama actual en los republicanos queda con tres candidatos, con Donald Trump como el gran favorito, seguido por el senador Ted Cruz con ciertas posibilidades de destronar al magnate. Más atrás se encuentra el gobernador de Ohio, John Kasich.
La situación preocupa a los sectores más moderados del partido, que ven cómo las ideas antimigratorias y ultraconservadoras del magnate y del parlamentario suman fuerza y podrían polarizar el camino a la Casa Blanca, que es el objetivo final.
Según el director de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales (UDP), Claudio Fuentes, las derrotas de los sectores moderados pasan por la gran cantidad de candidatos menos conocidos (en su momento eran 16) "que no tienen mucho perfil nacional y no han podido contrastar a Donald Trump en su carrera, y lo que determina al final es que algunos de esos candidatos van bajándose y se termina ordenando un panorama mucho más claro entre alguien que representa una derecha populista, dura y autoritaria, y una poco más liberal dentro del republicanismo".
Para él, en este sentido, los triunfos de Trump y Cruz se explican porque "han logrado movilizar un voto descontento más conservador y más descontento con el desempleo y el tema de migración".
De este modo, "el gran problema que tiene hoy día el partido es que no está representando un voto moderado, que cuando se enfrente con los demócratas van a haber posiciones muy polarizadas, o sea que representan mucho la interna más conservadora republicana, pero no así un voto moderado que podría llevarlos a la Casa Blanca".
Así, y con la partida de Rubio (el que era la gran esperanza de los sectores moderados), sólo queda John Kasich, quien venció ayer en Ohio y cuyas ideas van ubicadas mucho más al centro que sus contendores. Sin embargo, según Claudio Fuentes, "va a ser muy difícil para Kasich que logre articular a un voto liberal. Yo creo que ya es muy difícil que se revierta esa tendencia de Trump como ganador".
"Si no se logra un acuerdo de otras fuerzas para contrastar a Trump, creo que seguramente va a ganar", resalta el académico.
De esta forma, con el probable triunfo del empresario, habrá que ver qué pasará con Hillary Clinton, la más posible candidata del Partido Demócrata, quien podría aprovechar esta polarización para seducir a los sectores más liberales.
"Lo que vamos a tener en la presidencial va a ser una Hillary Clinton seguramente mucho más moderada y captando el voto liberal de derecha, y un candidato muy conservador que va a apelar a este voto duro republicano", explica Fuentes.
Aún así, todavía quedan primarias, por lo que habrá qué ver qué harán los sectores moderados republicanos para llegar a noviembre con un candidato que los represente de mejor forma.