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Chilenos en Bruselas: "Lo importante es que no nos afecte demasiado porque eso es lo que quieren"

Arturo Esclarín y Marcelo Mendoza son dos chilenos que residen en Bélgica. Tras los ataques de esta mañana relatan el ambiente de preocupación que se vive a esta hora en la capital de ese país.

22 de Marzo de 2016 | 14:03 | Por Francisca Domínguez, Emol
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EFE
BRUSELAS.- Preocupación es la palabra que describe el ambiente que se vive en Bruselas tras los ataques terroristas que se registraron esta madrugada en el aeropuerto y una estación de metro. Chilenos residentes en la capital belga relataron a Emol cómo se viven las horas posteriores a los atentados.

"Sobre todo preocupación. Aunque hoy es día laboral, mañana empiezan las vacaciones de Semana Santa y había gente que tomaba vuelos hoy. Por suerte ninguno de mis amigos o conocidos, hasta donde yo sé, estaban ahí", sostuvo Arturo Esclarín, quien vive en Bruselas desde julio del año pasado.

Esclarín trabaja muy cerca de la estación de metro Malbeek, un lugar muy transitado por las mañanas, ya que "está justo en medio de una zona llena de oficinas de las instituciones europeas, de empresas y lobbies".

Llegó a su oficina a las 8:00 horas y se enteró de las explosiones unos momentos después, a través de las noticias. "Desde mi despacho no hemos oído nada al comienzo, pero lo que se escuchaban después eran las sirenas de la policía, ambulancias y demás", relató.

En su lugar de trabajo, agregó, había "conmoción, susto, pero es lo normal en estos casos. Lo importante es que esto no nos afecte demasiado, porque es lo que los terroristas quieren".

"Todos sabíamos que podía pasar"


Marcelo Mendoza Rosende, kinesiólogo vive hace 16 años en Bélgica e iba camino a dejar a su hijo mayor al colegio. Cuando se estaba bajando del auto, escuchó un ruido lejano. "Creí que había sido un disparo o algo así".

No le dio mucha importancia y continuó su camino a la consulta que tiene a unos tres minutos del colegio y a unos 10 o 15 del aeropuerto de Zaventem, lugar donde se produjeron dos de las tres explosiones.

"Empezaron a llegar los pacientes y me contaron lo que había pasado", contó Mendoza. Relató que uno de ellos, un joven futbolista que atiende frecuentemente, le dijo que él tomaba el metro para ir a la consulta y que había pasado 10 minutos antes de la tercera explosión por la estación Maalbeck.

"Todos sabíamos que podía pasar, por los arrestos de los terroristas de París en la semana", aseguró. "Estábamos con la espada de Damocles sobre las cabezas", añadió.

"Es súper loco lo que pasa, es raro el sentimiento", dijo Mendoza. "En mi familia estamos tranquilos, todo está bien, pero hay gente que vive una pesadilla. Igual nos toca, nos toca fuerte", afirmó.

Mendoza contó que su esposa, que es psicóloga, atiende en el hospital Saint-Luc, cercano al aeropuerto Zaventem, donde han llegado varios heridos de urgencia y fallecidos. "Ella puede que tenga que ayudar a las familias de las víctimas", sostuvo.

"El Gobierno va a tener que tomar medidas más fuertes después de esto, pero el problema es que no podemos controlarlo todo", puntualizó Mendoza.
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