Michel Wieviorka: El pensador de la violencia

"Es un drama. Más allá de la gente, como sociólogo me preocupé. Para entender estos fenómenos hay dos entradas distintas, la primera se relaciona con la sociedad belga o francesa y examina los procesos a través de los cuales hay gente que aparece como terrorista de un día para otro. Dentro de este tipo de reflexión, hay dos ideas principales: la primera es una lógica que empieza en los 70 cuando los migrantes llegan a Francia o a Bélgica desde Marruecos, de Túnez, de África Subsahariana, y también de países árabes o musulmanes. Esta gente llega a Francia para trabajar, pero después de un cierto tiempo no hay más trabajo y el desempleo afecta a las familias, éstas se descomponen, los chicos tienen bajo rendimiento en el colegio y aparecen el racismo y la discriminación. Sienten que no hay espacio para ellos en la sociedad.

"Sin embargo, y al contrario de lo que dicen en los medios, son personas que no pertenecen a una comunidad musulmana fuerte, pero sí tienen experiencias de delincuencia, de cárcel, que los hacen sentir parias. Esa sensación los lleva a buscar líderes religiosos y se produce una radicalización que los hace establecer redes y volverse en contra de una sociedad a la que culpan. Pero también están los jóvenes que quieren darle un sentido a su existencia. Por ejemplo, mujeres que quieren conocer el amor, que quieren hacer un viaje iniciático, que quieren conocer a un héroe. En muchos casos hay conversiones de jóvenes católicos al Islam".

-Eso es desde la sociedad europea, ¿cómo lo ve desde el Islam?

"En Irak y Siria hay gente que quiere construir un estado que se llama Daesh, o Estado Islámico, pero hay otras partes del mundo donde existen este mismo tipo de procesos, como Libia o África Subsahariana, donde está Boko Haram, que es prácticamente lo mismo. Tenemos otra vez a gente tratando de construir un estado a través de la violencia y la guerra y, en este caso, es una violencia terrible en la que participan personas que llegan de Europa. Y el resultado es que un cierto número de ellas se transforma en asesinos y, si es necesario, dan su vida por la causa. Hay que saber que Daesh (ISIS) no es como Al Qaeda, que funciona de manera mucho más reticular, con redes y es una organización más clásica, de tipo piramidal. Daesh es diferente y quiere hacer la guerra con Estados Unidos y Europa".

-Europa es un continente muy conectado, con fronteras abiertas, que pretende ser una gran fuerza. ¿Atentados como el de hoy ponen en duda el modelo?

"En primer lugar, hace pocos días la policía y justicia belga localizaron, interceptaron y mataron a dos o tres de los actores más importantes de los ataques del 13 de noviembre en París. Esto significó una importante derrota desde el punto de vista terrorista, por lo que lo del martes fue probablemente una respuesta a esto. En segundo lugar, el tema de la migración en Europa es muy fuerte hoy en día. Hay millones de personas que no pueden vivir más en el Medio Oriente, donde, desde un lado, Daesh se desarrolla y por el otro las fuerzas armadas de Al Assad actúan de manera brutal. Esta gente quiere ir a Europa para salvar su vida, pero siente que no es capaz de entregarles protección. Hay un sentimiento creciente de que hay que acabar con Europa, de que Europa no es la respuesta, es más, de que Europa es el problema. Este contexto histórico genera más nacionalismo, egoísmo, querer cerrar las fronteras y posiblemente la reacción de la población será la de apoyar a fuerzas nacionalistas y de extrema derecha".

-Pareciera que Europa hoy es más vulnerable. ¿Por qué?

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