SANTIAGO.- No hay dudas, Brasil está en una crisis profunda. Con la Presidenta Dilma Rousseff sacando cálculos para salvarse de un juicio político, una clase política desprestigiada por los últimos escándalos y un panorama económico para nada alentador, sumado al creciente descontento social, el gigante sudamericano está en una situación complicada.
Y, como se dice popularmente, parece que "todo lo malo llega junto", porque no estamos hablando de hechos aislados, sino que de una crisis general que afecta en muchos ámbitos de la realidad brasileña, incluso el deportivo (guardando las proporciones).
Todos estos problemas tienen a Brasil en el centro del análisis global, con la preocupación central de que una debacle podría propiciar consecuencias en otras partes del mundo, donde la duda principal pasa por saber qué pasará con la Mandataria Rousseff.
Los cálculos de Dilma
La
ruptura anunciada el martes entre el Gobierno de Brasil y el PMDB, su principal aliado, es sólo el último episodio de la trama digna de teleserie que vive la Presidenta Dilma Rousseff, cuya credibilidad y popularidad ha ido en picada exponencialmente desde que se destaparon los escándalos de corrupción del caso Petrobras.
Con la salida del partido del vicepresidente Michel Temer, el Gobierno deberá suplir siete ministerios y entre 500 y 700 cargos públicos, en un hecho doloroso para el Ejecutivo considerando el proceso de juicio político que debe estudiar el Congreso.
El PMDB cuenta con la bancada más grande en el Congreso, con 69 diputados y 18 senadores, votos que serían vitales para evitar el "impeachment" y una posible destitución. Para ello, Rousseff deberá recurrir a alianzas políticas y abogar porque el oficialismo se alinee en un ciento por ciento con ella.
Para rechazar el
juicio político, la Mandataria necesita un mínimo de 172 votos, mientras que quienes defienden el proceso requieren de 342 sufragios, es decir, los dos tercios de la Cámara de Diputados.
El proceso va de la mano con el enorme descontento social y el rechazo a Rousseff y a su antecesor Lula da Silva, investigado por la operación Lava Jato y cuyo nombramiento como ministro de la Casa Civil generó numerosas críticas y dudas respecto a si en realidad se trataba de una estrategia para darle fuero al ex Presidente y así evitar que éste vaya a la cárcel y sólo pueda ser enjuiciado por el Tribunal Supremo.
Sin embargo, esta nominación se encuentra suspendida por la justicia, por lo que aún es una incógnita si Lula podrá ser
Toda esta situación ha desencadenado una tremenda polarización social en Brasil, con multitudinarias marchas que exigen la renuncia de la Presidenta y piden cárcel para Lula, mientras que el mismo ex Mandatario se encuentra recorriendo el país para
liderar manifestaciones a favor del Ejecutivo, denunciando a la oposición de buscar un "golpe de Estado".
Los complicados números
Pero no sólo hay crisis política en Brasil, sino que también económica, y una muy profunda. Así, la economía del gigante sudamericano se estancó en 2014, al año siguiente se contrajo a 3,8% y se esperan cifras similares para este 2016, según The Wall Street Journal.
Asimismo, el desempleo subió al 9,5% y los sueldos cayeron un 2,4% según la misma publicación. Y peor, según los cálculos, uno de cada cinco jóvenes está sin trabajo.
Estas cifras críticas hacen prever un mal futuro para la economía brasileña, e incluso analistas hablan de una eventual depresión, en una situación que corona la crisis política y que, incluso, muchos expertos aseguran que no se ha tomado en cuenta lo suficiente.
Así, el Gobierno de Rousseff tiene una doble misión: evitar la debacle política y recuperar a la ciudadanía, y también impedir la debacle económica, con la ejecución de medidas de urgencia que permitan salvar la situación.
Crisis sanitaria: el mal del Zika
Brasil es sin duda uno de los países más afectados por la presencia del virus Zika. Los primeros contagios se conocieron ahí y los casos de microcefalia en recién nacidos asociados a esa enfermedad han sido objeto de estudio.
Desde octubre de 2015 se han confirmado 944 casos de microcefalia posiblemente asociada al Zika, mientras que continúan bajo investigación otros 4.291 casos de recién nacidos o fetos con síntomas compatibles.
Lo que faltaba: crisis en el fútbol
No se puede comparar esta situación con las crisis profundas que vive Brasil, pero en ese país el fútbol es religión y el mal momento de la selección que dirige Dunga puede incidir directamente en el estado de ánimo de una población sumida en la división y el descontento.
Actualmente, y tras haberse jugado seis partidos en las Clasificatorias al Mundial de Rusia 2018, Brasil marcha en el sexto lugar, fuera de los puestos de clasificación y repechaje. Una imagen para nada común cuando lo habitual es ver a la "verdeamarelha" en puestos de avanzada.
Esto ha generado un malestar general, donde las críticas se han dirigido al planteamiento del director técnico y al rendimiento de algunas figuras, donde la estrella de Barcelona Neymar ha sido la mayor víctima de los dardos.
Pero tampoco hay que exagerar. Si bien Brasil no deslumbra con su famoso "jogo bonito", sólo está a un punto de los puestos de clasificación y todavía quedan doce fechas por jugar, por lo que hablar de una posible ausencia del seleccionado sudamericano por primera vez en mundial de fútbol es demasiado prematuro. Y eso sí que sería una catástrofe.