SANTIAGO.- La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reconoció sentir "injusticia" tras la votación de la Cámara de Diputados, que aprobó ayer llevar a cabo un proceso de juicio político en su contra, pero aseguró que seguirá "luchando" para frenarlo.
Durante una rueda de prensa en el palacio gubernamental de Planalto, la Mandataria aseguró que está imperando un "sentimiento de injusticia y un sentimiento de violencia en Brasil contra la verdad, contra la democracia y contra nuestro estado democrático".
"Siento la injusticia. Hay quienes han hecho actos ilegales, tienen cuentas en paraísos fiscales, quienes presiden la sesión y quienes piden el procesamiento de un Presidente. También siento que hay injusticia por otra razón, por no permitirme (...) un ambiente de estabilidad para gobernar" aseguró.
En este sentido, aseguró que este proceso "es muy malo para Brasil", ya que se está haciendo posible "acusar al Presidente sin que tenga ninguna culpabilidad".
No obstante, Rousseff aseguró que "tengo la fortaleza suficiente para enfrentarme a esta tristeza y esta injusticia, tengo valentía y no me dejaré abatir, no me voy a paralizar por esto, voy a continuar luchando y voy a luchar como lo hice toda la vida", aseguró.
"Comencé con la lucha cuando era muy difícil, cuando había una dictadura abierta, donde se torturaba físicamente a las personas, se mataba. Ahora vivimos en democracia, en cierta forma están torturando mis sueños, mis derechos, pero no van a matar mi esperanza, porque sé que la democracia está del lado correcto de la historia", añadió.
Críticas a la oposición
La Mandataria brasileña también aprovechó la ocasión para criticar duramente a la oposición, que impulsó el "impeachment" en su contra, asegurando que esta es una forma de querer llegar al Gobierno, insistiendo en que se trata de un "golpe de Estado".
"No se puede pedir un proceso de 'impeachment', esto es una tentativa de elección indirecta, esto ocurre porque quienes quieren llegar al poder no tienen los votos para hacerlo", aseguró.
De este modo, recalcó que "ningún gobierno será legítimo si las personas no se pueden reconocer en él, sin el voto secreto de una elección general convocada previamente, en el cual todos los ciudadanos participen".
Fue así como se refirió con dureza a los argumentos realizados por la oposición durante la votación de ayer, asegurando que "cualquier gobierno puede cometer errores, pero el resentimiento no es una justificación para abrir un proceso de destitución".
"Esto es solamente el principio de la lucha, y una lucha que va a ser muy larga y democrática. No es por mí, es por los 54 millones de votos que yo recibí. Es una lucha por todos los brasileños, incluso los que critican a mi Gobierno. Es una lucha por la democracia", sentenció.