SAO PAULO.- El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, dijo que esperará "silenciosamente" la decisión del Senado sobre la apertura de un juicio político contra la Presidenta Dilma Rousseff.
"El Senado Federal es el que dará la última palabra sobre este tema. Por lo tanto, sería inadecuado que yo dijera algo antes de que la solución sea alcanzada", declaró a periodistas que lo abordaron en la puerta de su residencia en Sao Paulo.
El líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) negó que esté negociando la composición de su gabinete en un eventual Gobierno bajo su comando.
Temer se reunió en Sao Paulo con el ex ministro de la Secretaría de Comunicación del Gobierno de Rousseff, Thomas Traumann. El objetivo del encuentro sería trazar una estrategia para salir al cruce de las declaraciones de Rousseff, quien acusó a Temer de ser "un traidor" que está "conspirando abiertamente" contra su Gobierno.
La presencia de Traumann en la reunión, indicaron auxiliares del vicepresidente citados por medio, es porque en virtud de la proximidad que el periodista tuvo con Rousseff podría "ayudar a calibrar el discurso" de Temer para responderle.
"Es inusitado, extraño, aterrador, que un vicepresidente en ejercicio de su mandato conspire contra la presidenta abiertamente", acusó Rousseff, en rueda de prensa realizada el lunes.
"En ninguna democracia del mundo una persona que hiciera eso sería respetada, porque a la sociedad no le gustan los traidores. ¨Por qué no? Porque cada uno de nosotros sabe el dolor y (el sentimiento de) injusticia que se siente cuando se ve la traición en una acción", agregó.
El Senado brasileño recibió el lunes la decisión de la Cámara de Diputados de autorizar la apertura de un juicio político contra Rousseff, a la que se acusa de infringir la Ley de Responsabilidad Fiscal, al practicar maniobras contables que ocultaron la verdadera situación económica del país, y decretar la apertura de líneas de crédito complementarias sin pedir autorización al Congreso.
La resolución de los diputados fue leída hoy en el plenario del Senado, que debe primero refrendarla para luego, si lo hace, abrir el juicio.
Se presume que el análisis de la admisibilidad del proceso se realizará alrededor del 11 de mayo.
Si 41 senadores como mínimo, en 81, resuelven juzgar a Rousseff, ésta será apartada en forma inmediata de la Presidencia durante un plazo máximo de 180 días. Durante ese periodo, Temer asumirá el Gobierno en forma interina.
Al final, una última votación determinará si se absuelve o condena a la presidenta. En el primer caso, regresará en forma automática a sus funciones. En el segundo, será definitivamente destituida y Temer gobernará hasta el 31 de diciembre de 2018.