BRUSELAS.- La Comisión Europea dio su aval este miércoles, con condiciones, a la exención de visados para Turquía y propuso, en el marco de una revisión del sistema de asilo, instaurar multas para los países que rechacen cumplir con sus cuotas de solicitantes de asilo.
La exención de visados aún debe ser debatida en el Parlamento Europeo y por los Estados miembros, y está sujeta a que Ankara cumpla con los 72 criterios que Bruselas le exige.
Esta medida permitiría a más de 80 millones de turcos efectuar viajes, de turismo o por razones familiares, en el espacio Schengen inferiores a 90 días.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, indicó este miércoles en conferencia de prensa que Ankara debe completar "para fin de junio" cinco criterios de siete que aún le quedan pendientes.
La exención de visados era una de las condiciones de Ankara para implementar el controvertido acuerdo migratorio que alcanzó en marzo con la UE, que estipula la expulsión de todos los refugiados que lleguen a Grecia cruzando el mar Egeo hacia Turquía.
Según Timmermans, el acuerdo "dio claramente resultados", ya que se registran "menos de 100 llegadas por día a las islas griegas, en vez de los miles que hubo durante el otoño (boreal)".
Entre los criterios que Turquía debe aún cumplir, Timmermans citó una mayor lucha contra la corrupción, la negociación de un acuerdo con Europol o la revisión de la legislación del país en cuanto al terrorismo.
Según una fuente europea, Bruselas espera de Ankara una definición menos amplia de la noción de "terrorismo", para evitar que cualquiera pueda ser calificado de "terrorista" como por ejemplor los periodistas.
El controvertido acuerdo con Turquía, combinado con el cierre de la ruta de los Balcanes, permitió reducir drásticamente las llegadas diarias de migrantes a la UE.
De ahí el temor a que Bruselas se muestre indulgente, en particular en lo que respecta al respeto de los derechos fundamentales en Turquía, país acusado por la oenegé Amnistía Internacional (AI) de haber expulsado hacia Siria a numerosas personas.
250.000 euros por refugiado
En esta última ofensiva de Bruselas para hacer frente a la peor crisis migratoria en Europa desde 1945, el brazo ejecutivo de la Unión Europea propuso una reforma del reglamento de Dublín sobre el asilo, que define qué país del bloque debe tratar una solicitud de asilo.
"Dublín no funciona porque (al aplicarse) se deja solos con el problema a los países en primera línea. Ya no funciona (...), hay que compartir la carga", dijo Timmermans.
El sistema de asilo en la Unión Europea se rige por el reglamento de Dublín, que establece que el primer país de la UE al que llega un solicitante de asilo es el que debe encargarse de tratar su solicitud.
Desde hace años, varios Estados miembros de la UE piden una revisión del reglamento, y el registro de 1,25 millones de solicitudes de asilo en 2015 expuso sus fallas.
Italia y Grecia, adonde llegan la mayor cantidad de solicitantes de asilo, pero también Alemania denuncian desde hace meses la injusticia del sistema.
La modificación propuesta por la Comisión establece un reparto automático de cuotas por país cuando un Estado miembro registre una cantidad desproporcionada de solicitudes de asilo en relación a los otros miembros de la UE.
Si un país miembro rechaza recibir en el marco de este mecanismo de reparto a un solicitante de asilo, la Comisión propone que haga una "contribución de solidaridad" de 250.000 euros por cada refugiado.
Este monto será entregado al país que reciba al solicitante de asilo.