RÍO DE JANEIRO.- La Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, rechazó este sábado la legitimidad del proceso de destitución al que se enfrenta y sugirió que se efectúen elecciones para juzgar a su Gobierno.
"Desde el punto de vista de la política, el gran juez es el pueblo brasileño. Si quieren hacer un juicio de mi Gobierno, que acudan al pueblo brasileño y no al impeachment. Solo quien tiene la legitimidad del voto, puede juzgar", dijo Rousseff.
Esta es la primera vez que La Mandataria plantea en público la celebración de elecciones, pero esta posibilidad no está recogida en la Constitución en el caso de destitución o renuncia de un mandatario.
Rousseff reiteró su tesis de que el proceso de destitución se trata de un "golpe" de Estado, porque "no tiene base legal" y porque ella "ni siquiera" participó en los supuestos ilícitos que le imputa la oposición.
La denuncia se basa en unas maniobras contables, supuestamente irregulares, realizadas en los últimos años y que han sido comunes en los Gobiernos de los últimos presidentes brasileños.
Asimismo, acusó a la oposición de tratar de llegar al poder para "acabar" o reducir los programas sociales que ha impulsado su gobierno.
Además, indicó que el eventual Gobierno del actual vicepresidente, Michel Temer, que sustituiría a Rousseff, quitaría a 36 millones de personas el programa de subsidios para los pobres llamado Bolsa Familia.
"El gasto del Bolsa Familia es menor al 1% del PIB. Quieren hacer ahorro con el dinero de los más pobres", acusó Rousseff.
Rousseff también reiteró que va a "resistir hasta el fin", por lo que no renunciará aunque el Senado decida en los próximos días iniciar el juicio político, para lo que sería necesaria la mayoría simple de los 81 senadores.
La votación crucial se celebraría el próximo miércoles en el pleno de la Cámara Alta, aunque aún no ha sido confirmado oficialmente.