NAHA.- Miles de personas se manifiestan este domingo en la isla japonesa de Okinawa contra la presencia militar de Estados Unidos y contra los delitos cometidos por empleados estadounidenses en las últimas décadas.
La exasperación de la población se debe sobre todo a dos hechos recientes: un asesinato y un accidente cometido bajo los efectos del alcohol, atribuidos a un empleado y a un marine de bases militares de Estados Unidos.
Estos dos casos han disparado la oposición a la presencia en la isla de unos 47.000 soldados estadounidenses, es decir más de la mitad del contingente apostado en todo el país.
La manifestación comenzó en torno a las 14:00 horas (1:00 hora en Chile) en el estadio de Naha, capital de la prefectura de Okinawa, con un minuto de silencio por Rina Shimabukuro, una joven de 20 años que fue violada y asesinada en abril pasado. "¿Por qué mi hija? ¿Por qué la mataron?", se preguntaba el padre en un mensaje leído al comienzo de la congregación.
Algunos agitaban pancartas en las que se leía "Retiren a los marines". "Estoy muy triste y por encima de todo no quiero otra víctima", afirmó Chihiro Uchimura, un manifestante de 71 años. "Mientras haya bases militares estadounidenses, este tipo de incidentes se repetirán".
La base militar que los japoneses no quieren
Frente al parlamento de Tokio se celebró una concentración similar, para denunciar estos incidentes e intentar bloquear el proyecto de traslado, a una bahía, de las instalaciones militares situadas actualmente en pleno centro urbano.
Llevan décadas en la ciudad de Ginowan. El plan consiste en trasladar la base aérea de Futenma a una región litoral menos poblada, en Henoko. Las autoridades de Okinawa, con el gobernador Takeshi Onaga a la cabeza, reclaman su desaparición y no un cambio de lugar.
El traslado se planteó después del secuestro y violación en 1995 de una adolescente de 12 años en Okinawa por tres militares estadounidenses. Washington prometió entonces someter a sus tropas a más disciplina.
El traslado no ha sido posible debido a la oposición de las autoridades locales y de la población.
Estados Unidos ocupó Okinawa durante unos 27 años después de la Segunda Guerra Mundial y en 1972 traspasó el control al gobierno japonés, pero mantuvo bases militares por considerarlo un enclave estratégico en Asia.
El gobierno de centro-izquierda, electo en 2009, no logró terminar con la base militar de Futenma. A finales de 2012, la derecha volvió al poder de la mano de Shinzo Abe y defendió el traslado de la base argumentando que era "la mejor y única solución posible", sin embargo, se ha topado con la férrea oposición del gobernador.
La protesta de este domingo puede lanzar un órdago al gobierno central y a Estados Unidos, cuyo presidente, Barack Obama se vio obligado en mayo a expresar su pesar por la muerte de la joven Rina Shimabukuro.