MADRID.- Los candidatos a las elecciones legislativas españolas del domingo se centran en esta última semana de campaña en una docena de provincias donde los escaños se juegan en un puñado de votos, debido a la particularidad del sistema electoral, basado en un modelo proporcional por el que un diputado "cuesta" más a algunos partidos que a otros.
Las encuestas de los últimos días apuntan a un triunfo corto del PP (centroderecha), por delante de la izquierda Unidos Podemos, los socialistas del PSOE y los liberales de Ciudadanos.
Esos sondeos también sugieren que los comicios se van a decidir en apenas una docena de circunscripciones en las que hay escaños que pueden cambiar de manos por apenas unos votos.
La circunscripción en España es la provincia, con un modelo proporcional, y el método de asignación de escaños es la llamada Ley D'Hont, que en general beneficia a los partidos más votados, en especial en los lugares donde hay menos diputados en juego.
Por eso los candidatos centran sus esfuerzos en lugares como Toledo, Cáceres, Vitoria, Ciudad Real o Cantabria.
Ciudad Real, una provincia de medio millón de habitantes, es un buen ejemplo de esa lucha de los partidos por el llamado "voto útil" que refuerce a los partidos con más posibilidades.
En ese lugar el candidato del PP, Mariano Rajoy, ha hecho un llamado a los que en diciembre pasado votaron a Ciudadanos, 12.000 personas que no aportaron escaño alguno a los liberales pero que podrían beneficiar a los populares.
La regla electoral hace perder muchos votos a partidos como Izquierda Unida, que hace unos meses logró dos escaños a pesar de tener 923.133 votos, mientras Democracia y Libertad, que sólo se presentó en Cataluña, obtuvo ocho con 565.501 sufragios.
Por eso todos los partidos pueden sufrir la coalición entre Podemos e IU, que al sumar sus votos pone en cuestión el reparto del último escaño en varias provincias, con la particularidad de que podría llevarse varios de ellos, en detrimento sobre todo del PP y del PSOE.
No obstante, al argumento del "voto útil", entendido como el que favorece mayorías claras, también se le puede dar la vuelta, cada uno en su propio beneficio.
Por eso los socialistas -a los que las encuestas dan terceros- lo reclaman para evitar bloqueos institucionales, como el que a su juicio han promovido PP y Podemos desde las elecciones de diciembre pasado.
La crítica alude al hecho de que PSOE y Ciudadanos fueron los únicos que llegaron a un acuerdo escrito para tratar de llevar al socialista Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, intento que acabó con dos derrotas parlamentarias con el voto negativo de PP y Podemos.
El socialista Pedro Sánchez está convencido de que puede recabar votos entre las personas que decidieron abstenerse en diciembre, y también entre los viejos electores socialistas que optaron por pasarse a Podemos hace unos meses y que ahora están molestos por el comportamiento de Pablo Iglesias de rechazar el pacto con el PSOE.
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también pide no "tirar el voto" el 26 de junio con el apoyo al PP o al PSOE, y reclama respaldo para su partido, con el argumento de que, si hubiera logrado "solo un punto más" en diciembre (tuvo el 13,9%), le habrían correspondido diez escaños más y habría sido "decisivo" para favorecer un Ejecutivo reformista.