SANTIAGO.- Este jueves, representantes del Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de de ese país (FARC) firmaron un histórico acuerdo de cese al fuego bilateral, luego de más de 50 años de enfrentamientos.
En una ceremonia realizada en el salón de protocolo "El Laguito" en La Habana (donde se llevaron a cabo las negociaciones entre el Ejecutivo colombiano y el grupo guerrillero), los garantes de Cuba y Noruega en los diálogos de paz, Rodolfo Benítez y Dag Nylander, leyeron punto por punto el acuerdo que contempla una serie de factores.
Así, en el documento ambas partes establecieron una hoja de ruta que contenga los compromisos mutuos para que, en un plazo de 180 días después de la firma del acuerdo definitivo (que aún no tiene fecha), se realice la entrega total de las armas de parte del grupo guerrillero, que asume que el monopolio de éstas recae en las Fuerzas Armadas.
Según convinieron el Gobierno colombiano y las FARC, a cargo de este proceso estará Naciones Unidas, que recibirá la totalidad del armamento en cuestión, el cual se destruirá y también será utilizado para la creación de tres monumentos.
Asimismo, se establecerá un mecanismo de monitoreo y verificación del proceso que estará compuesto por el Gobierno, las Fuerzas Armadas, las FARC y un "componente internacional" con observadores de la ONU y la Confederación de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).
Además, se acordó la disposición de 22 zonas veredales transitorias de normalización y ocho campamentos donde los guerrilleros podrán establecerse mientras se lleva a cabo su proceso de reinserción a la vida civil. Del mismo modo, la salida de estos campamentos se hará sin armas y de civil.
En estas zonas transitorias, los miembros de las FARC podrán realizar actividades de capacitación técnica y nivelación de la educación básica y secundaria.
Por otro lado, el Ejecutivo colombiano y el grupo guerrillero acordaron también la implementación de medidas para eliminar el paramilitarismo en el país, al mismo tiempo que el Gobierno se comprometió a crear un sistema integral de seguridad para el ejercicio de la política que incluya al movimiento o partido que surja del tránsito de las FARC al mundo civil.
Del mismo modo, y en una medida que fue aplaudida por todos los presentes a la ceremonia, ambas partes se comprometieron a someter este acuerdo a un mecanismo de refrendación, donde serán los propios ciudadanos mediante un plebiscito quienes darán su visto bueno al tratado de paz.
El acuerdo fue firmado por el jefe del equipo negociador del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle, y por el líder guerrillero Iván Márquez, en una ceremonia en la que también participaron el Presidente Juan Manuel Santos y el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko".
En la cita también participó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el Presidente de Cuba, Raúl Castro y el canciller noruego, Borge Brende, estos últimos en su rol de países garantes del proceso de paz.
Asimismo, asistieron en su calidad de países observadores, la Presidenta chilena, Michelle Bachelet; el Mandatario venezolano Nicolás Maduro; el jefe de Estado mexicano, Enrique Peña Nieto; el Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez; y su colega dominicano, Danilo Medina.
Tras la firma, el Mandatario Raúl Castro destacó que este proceso de paz "no tiene vuelta atrás".
"Nos acercamos como nunca antes al final del conflicto armado que por más de cinco décadas ha sufrido el hermano pueblo colombiano", aseguró, mostrando su confianza en que el acuerdo final entre las FARC y Colombia se logrará prontamente.
En tanto, Ban Ki-moon expresó el compromiso de la ONU en su rol central para encabezar el proceso de desarme de las FARC, haciendo un llamado a ambas partes a "materializar sus esperanzas" en este acuerdo.