SANTIAGO.- La agrupación terrorista Estado Islámico (EI), según se autodenomina, sumó una nueva ejecución que impacta al mundo y especialmente a la actividad deportiva.
En un acto público en la ciudad de Raqqa, los verdugos decapitaron a tres jugadores y al entrenador del equipo Al-Shabab.
El EI acusó a Osama Abu Kuwait, Ihsan Al Shuwaikh, Nehad Al Hussen y Ahmed Ahawakh de traición y espionaje, según informa el diario "Marca".
Los terroristas llevaron a cabo su brutal acto enfrente de una multitud, que reconoció a los futbolistas, y después difundió las grotescas imágenes.
Desde que tomó el control de la ciudad hace dos años, la agrupación prohibió cualquier actividad deportiva.
Previamente, la agrupación también había atentado contra unos aficionados del Real Madrid que se reunían en una agrupación en Irak.