MOSCÚ.- Los conflictos en Ucrania y Siria serán dos asuntos centrales en las conversaciones que mantendrán esta noche en Moscú el presidente ruso, Vladímir Putin, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, en su cuarta visita a Rusia en poco más de un año.
A la reunión asistirá también el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que volverá a encontrarse con su colega estadounidense mañana por la mañana.
"Los temas que se van a tratar son previsibles: Siria, Ucrania y las relaciones bilaterales", adelantó ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
La visita se produce pocos días después de la cumbre de la OTAN celebrada en Varsovia, en la que los líderes de la Alianza decidieron reforzar su presencia militar en las fronteras europeas con Rusia con el despliegue de 4.000 militares en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania.
Putin planteará a Kerry su preocupación por la actividad militar de Estados Unidos y sus aliados en el este de Europa y reiterará su oposición al despliegue del escudo antimisiles, que según el jefe del Kremlin rompe el equilibrios de fuerzas entre Rusia y Occidente y pone en grave peligro la seguridad en todo el continente europeo.
En cuanto al conflicto en Siria, en el que tanto Washington como Moscú participan con sus fuerzas aéreas, el mandatario ruso insistirá en que EE.UU. debe influir en sus aliados de la oposición moderada siria para que se retiren de las posiciones que comparten con grupos terroristas.
Mientras, según el diario estadounidense The Washington Post, Kerry llevará al Kremlin nuevas propuestas para la lucha contra los terroristas en Siria, que incluyen la creación de un grupo conjunto para la implementación del alto el fuego en el país árabe, y el intercambio de información operativa y de inteligencia.
A cambio, el jefe de la diplomacia estadounidense quiere que el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, aliado de Moscú, cese toda la actividad de su aviación militar, con la excepción de operaciones humanitarias y evacuaciones.
Putin y Kerry hablarán además de la implementación de los acuerdos de Minsk para la paz en Ucrania, un asunto en el que sus posiciones están bastante alejadas en la actualidad.
Según adelantó después de la cumbre de la OTAN el ministro de Exteriores de Ucrania, Pavel Klimkin, Kerry propondrá al presidente ruso la adhesión a una hoja de ruta para cumplir con los acuerdos en la que la devolución del control de la frontera ruso-ucraniana a Kiev ocupa uno de los primeros lugares.
La postura del Gobierno ucraniano, respaldada por EE.UU., es que no avanzará en la parte política del documento firmado en febrero de 2015 sin garantizar antes la seguridad en los territorios ocupados por los rebeldes prorrusos, que entenderá por restablecida cuando pasen varios meses sin un sólo disparo en la zona del conflicto y cuando recupere el control de toda la frontera.
Rusia y los separatistas, por contra, exigen que estas cuestiones se resuelvan en paralelo con la agenda política, que incluye la concesión de un estatus especial de autogobierno a las regiones rebeldes, la reforma constitucional para la descentralización de Ucrania y la amnistía a los combatientes prorrusos.