Las Fuerzas Armadas locales indicaron, en la televisión pública, que tomaron control del Gobierno y decretaron ley marcial.
Reuters
SANTIAGO.- Cuando Turquía recién intentaba recuperarse del atentado del que fue blanco el pasado 28 de junio, donde el aeropuerto de Estambul -uno de los lugares más sensibles para el país y calificado como de los más seguros- fue atacado presumiblemente por el Estado Islámico dejando más de 40 muertos, hoy nuevamente la nación enfrenta el caos.
El Ejército turco anunció que tomó el control del país, mientras el Primer Ministro, Recep Tayyip Erdogan, denunció un "intento ilegal" de golpe militar.
El país euroasiático es uno de los principales objetivos del grupo yihadista, sin embargo, son varios los factores, relacionados entre sí, que tienen a Erdogan -quien fue democráticamente electo- en el foco de la crisis que afecta a Medio Oriente.
"Enemigo" del Estado Islámico
En un principio, el Gobierno de Turquía encabezado por el Presidente Recep Tayyip Erdogan (de corriente islamista) miraba con cierta indulgencia a los yihadistas del Estado Islámico (EI), en parte por estar combatiendo contra el régimen de Bashar al-Assad en Siria y también contra las tropas kurdas, una de las grandes preocupaciones de Turquía. Sin embargo, esta situación fue variando tras el ataque cometido por el grupo terrorista en suelo turco en junio de 2015 que dejó 32 muertos.
Tras ello, en julio del año pasado, Ankara se unió a la coalición internacional encabezada por EE.UU. que combate contra el EI. Así, Turquía se sumó a los bombardeos aéreos en el norte de Siria y abrió la base de Incirlik para las naves de los otros países de la coalición. Después de esto han ocurrido otros atentados, como el de octubre de 2015 en la capital turca, que dejó 102 muertos.
Las motivaciones que tendría el EI de atentar en Turquía, entonces, son variadas: además de convertirse en "enemigo" de los yihadistas, la desestabilización del país es uno de los objetivos del grupo terrorista, ya que es el nexo con Europa, y además, en la guerra ideológica, Ankara forma parte de Occidente.
Pero este acuerdo de Turquía con la coalición antiyihadista también le trajo problemas con Rusia, tras el derribo de uno de sus aviones de parte de un bombardero turco, que significó una serie de sanciones económicas de parte del Kremlin, las que fueron levantadas hoy producto del atentado.
La batalla con los kurdos
Además del Estado Islámico, Turquía libra batallas en su frontera suroriental con los kurdos, que desde hace décadas han luchado por su independencia y por quedarse con ese territorio, así como también en Siria e Irak.
Este conflicto histórico ha significado diversos dolores de cabeza para el Ejecutivo, ya que pese a los acercamientos que tuvo con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), éstos no llegaron a buen puerto. Así, las milicias kurdas atacan con frecuencia al Ejército turco y también han protagonizado atentados como el ejecutado por el grupo YPG con un auto bomba en marzo de este año en Ankara, que dejó 37 personas muertas.
Asimismo, al Gobierno le preocupa que países aliados como Estados Unidos financien a grupos kurdos en su lucha contra el Estado Islámico en Siria e Irak.
La crisis migratoria y la alianza con Europa
Actualmente, Turquía alberga unos dos millones de refugiados provenientes principalmente de Afganistán y Siria debido a sus conflictos internos. Y en este aspecto, se ha convertido en un país estratégico para la Unión Europea, luego del último acuerdo sostenido con el gobierno de Erdogan.
De este modo, desde el pasado 20 de marzo, los 28 países del bloque acordaron que todos los migrantes que lleguen ilegalmente por mar a Grecia (principal punto de llegada a Europa) y que "no tengan protección internacional", serán devueltos a Turquía.
A cambio, la UE se comprometió a pagar a Turquía la suma de 6 mil millones de euros en dos tandas hasta 2018 (primero 3 mil millones y luego otra cuota con la misma cifra) para ayudar a pagar la atención de los refugiados. Asimismo, el bloque propuso el pasado 4 de mayo la exención del visado a los turcos, para que puedan transitar libremente por los 28 países asociados al grupo.
Esto pone a Turquía como un aliado más de Occidente y, por ende, los ojos de los grupos terroristas están puestos en el país.