LAGOS.- El Ejército de Nigeria mató a 348 personas pertenecientes a la secta chiíta Movimiento Islámico de Nigeria (IMN, por sus siglas en inglés) asentada en el norte del país, según determinó este lunes una comisión de investigación creada por las autoridades estatales.
"La Comisión determina que el Ejército de Nigeria usó una fuerza excesiva que provocó muchas muertes", aseguró el informe de la comisión en referencia a los enfrentamientos registrados entre el 12 y el 14 de diciembre de 2015 en la ciudad de Zaria, en el norte.
Los investigadores recomendaron que los militares que participaron en los asesinatos deben ser identificados y llevados ante un tribunal, así como los miembros del IMN involucrados en la muerte de un soldado nigeriano registrada durante los incidentes.
Según el informe, los enfrentamientos se iniciaron cuando un grupo de chiítas levantaron una barricada junto a una mezquita coincidiendo con el inicio del mes de Rabi-ul-Awal, el nacimiento del profeta Mahoma, en protesta por anteriores ataques por parte de los militares.
Cuando el convoy de un alto cargo militar pasó por el lugar, un grupo de jóvenes chiítas comenzó a protestar y lanzarle piedras, con el objetivo de matar al teniente general, según la versión del Ejército.
De esta manera, la comisión de investigación creada por el gobierno del estado de Kaduna, donde se encuentra Zaria, confirmó los incidentes denunciados anteriormente por la organización Human Rights Watch (HRW).
En diciembre, HRW pidió al Gobierno que investigara la muerte de más de 300 chiíes, cuyos cadáveres fueron quemados por los soldados en fosas comunes sin el permiso de sus familias.
El Movimiento Islámico de Nigeria es una secta chiíta con vínculos estrechos con Irán y establecida en Zaria, aunque sin vinculación con el extremismo del grupo yihadista Boko Haram.
El grupo religioso, liderado por Sheik Zakzaky, comenzó su actividad en el país africano en 1980 y cuenta con unos tres millones de fieles en Nigeria.
Nigeria vive bajo la amenaza constante del grupo yihadista Boko Haram, que lucha por imponer un estado islámico en el norte del país, lo que ha dado pie a una violenta represión por parte del Ejército federal, que ha cometido numerosas violaciones contra los derechos humanos.
El año pasado, Amnistía Internacional (AI) denunció la muerte de 8.000 personas a manos del Ejército nigeriano en el transcurso de la lucha contra el grupo terrorista, asesinatos que calificó de crímenes de guerra y posibles crímenes de lesa humanidad.