DAMASCO.- La ONU instó a una "pausa" en los combates en Alepo para poder acceder de forma inmediata al 1,5 millones de habitantes casi cercados en esta ciudad siria donde el régimen y los rebeldes se preparan para una batalla decisiva.
Estas últimas semanas, se están produciendo intensos combates dentro y en los alrededores de esta ciudad del norte, dividida en barrios controlados por los insurgentes en el este y en zonas progubernamentales en el oeste.
En un comunicado difundido el lunes por la noche, el coordinador humanitario de la ONU para Siria, Yacub El Hillo, y el coordinador regional Kevin Kennedy pidieron una "pausa humanitaria" en los combates.
"La ONU está dispuesta a ayudar a la población civil de Alepo, una ciudad unida por el sufrimiento", afirmó la organización.
Pero "necesita al menos un verdadero alto el fuego o pausas humanitarias semanales de 48 horas para tener acceso a las personas necesitadas (...) y para reabastecer las reservas de alimentos y medicinas, que están a un nivel peligrosamente bajo", añadió el texto.
Según la ONU, dos millones de personas "viven de facto en el miedo de estar cercadas", de ellas 275.000 están "bloqueadas en el este de Alepo".
Los expertos estiman por su parte a 1,5 millones las personas que viven en el este y el oeste de la segunda ciudad siria. Al menos 1,2 millones viven en la parte gubernamental y 250.000 residen en los barrios rebeldes.
Los rebeldes se apoderaron el sábado de una gran parte del distrito gubernamental de Ramusa, en la periferia sur de Alepo, lo que les permitió llegar a los barrios rebeldes, romper su asedio y cortar la principal ruta de abastecimiento de los barrios prorrégimen.
Pero las fuerzas progubernamentales encontraron una ruta alternativa y consiguieron hacer llegar a sus zonas camiones de ayuda a través de la carretera del Castello, que retomaron a los rebeldes.
Los dos bandos pueden así enviar alimentos y otros productos hacia sus sectores pero estas vías de suministro no son lo bastante seguras para los civiles.