Las cámaras de seguridad del aeropuerto captaron a las tres adolescentes británicas cuando viajaban a Turquía en 2015. En el centro, Kadiza Sultana.
AP (archivo)
SANTIAGO.- Kadiza Sultana tenía 16 años cuando en febrero de 2015 abandonó su casa en el barrio londinense de Bethnal Green diciendo que iría a un centro comercial con sus amigas Shamina Begum y Amira Abase. En realidad viajó a Turquía y luego a Siria para unirse al Estado Islámico.
Este martes, se dio a conocer la fatal noticia que su familia temía, pero esperaba. Kadiza murió en un bombardeo mientras se encontraba en la ciudad de Al Raqa, uno de los principales bastiones del grupo yihadista en Siria.
Según la cadena de televisión británica ITV, se cree que la escolar falleció durante un ataque ruso en mayo de este año, cuando aparentemente estaba haciendo planes para escapar de la ciudad siria.
"Estábamos esperando que esto ocurriera, de algún modo. Por lo menos ahora sabemos que está en un lugar mejor", afirmó Halima Khanom, hermana de Sultana.
Tras pasar meses sin noticias, sus padres supieron que ella y una de sus compañeras de travesía se habían casado con militantes del Estado Islámico. Kadiza lo había hecho con un ciudadano estadounidense de origen somalí, quién murió al poco tiempo, y que se encontraba en la ciudad siria de Al Raqa. De sus amigas no se supo más.
El último contacto de Kadiza fue precisamente con su hermana. Poco antes de su muerte, la menor de 16 años había llamado desde un cybercafé a Halima. Según relató ésta última, su hermana le había expresado que el grupo radical no era lo que pensaba. "No me siento bien, tengo miedo", había dicho.
Fue entonces cuando le expresó que deseaba escapar y volver al Reino Unido, aunque sabía que sus posibilidades eran mínimas y que si la descubrían, su castigo sería la muerte. Sus padres se decidieron a ubicarla y ayudarla a escapar a través de contactos.
En ese estaban cuando recibieron la trágica noticia de que una bomba habría caído en el inmueble en el que residía. "La familia está devastada. Diversas fuentes han afirmado que ha sido asesinada. No ha estado en contacto con su familia durante varias semanas", afirmó al diario The Guardian Tasnime Akunjee, su representante legal.
Las tres adolescentes que viajaron a escondidas el año pasado fueron registradas por las cámaras del aeropuerto londinense de Gatwick. Su huida provocó recriminaciones entre las fuerzas de seguridad turcas y británicas por la falta de coordinación.
Según las autoridades del Reino Unido, las menores son parte de los cerca de 800 británicos que han viajado a Siria e Irak para unirse a grupos yihadistas. Se estima que la mitad de ellos han regresado al país europeo.