BRASILIA.- La última etapa del juicio político a la suspendida Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que puede alejarla definitivamente del poder, se iniciará el 25 de agosto, informó este viernes la agencia de noticias del Senado, donde tiene lugar el proceso.
"La sesión de enjuiciamiento de Dilma Rousseff se iniciará el día 25 a las 9 de la mañana. La notificación fue entregada a José Eduardo Cardozo, abogado de la defensa de la Presidenta alejada" de su cargo, señaló una nota divulgada la tarde del viernes.
El miércoles pasado, en la última etapa antes del juicio final a Rousseff, los senadores aprobaron por 59 contra 21 votos someter a juicio político a la Mandataria, acusada de maquillar las cuentas fiscales y autorizar gastos sin aprobación del Congreso.
De acuerdo con el sitio de noticias G1 de Globo, la votación final debe ocurrir entre el martes 30 y el miércoles 31 de agosto.
Tal como en la penúltima instancia de esta semana, los trabajos de la última etapa serán dirigidos por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski.
La Mandataria fue suspendida de su cargo el pasado 12 de mayo y reemplazada de manera interina por su vicepresidente, Michel Temer, a quien Rousseff acusa de traidor y de orquestar un "golpe blanco" en su contra.
Rousseff perderá su puesto de manera definitiva si en la etapa final del juicio dos tercios del plenario de senadores (54 votos sobre 81) votan por el impeachment. En ese caso, Temer terminará el mandato previsto hasta el 31 de diciembre de 2018 y caerá el telón sobre los 13 años en el poder del Partido de los Trabajadores (PT).
Analistas aseguran que la destitución de Rousseff ya es prácticamente irreversible.
El juicio de destitución se iniciará cuatro días después del término de los Juegos Olímpicos de Rio-2016.
Si Rousseff es definitivamente apartada de su cargo se convertirá en el segundo jefe de Estado brasileño que pierde su mandato a manos del Congreso en 24 años, después del hoy senador Fernando Collor de Mello (1992).
El gobierno de Rousseff perdió fuerza por una fuerte recesión económica y las acusaciones de corrupción que lo vincularon a una red de sobornos en la estatal Petrobras, que alcanzaron a gran parte de la élite política brasileña y golpearon con fuerza al PT.