WASHINGTON.- La candidata demócrata a la Presidencia de EE.UU., Hillary Clinton, ha perdido terreno en las encuestas que inauguran la recta final de la campaña, aunque su rival republicano, Donald Trump, podría perder feudos conservadores inexpugnables como Texas.
A dos meses de que se celebren los comicios que decidirán quién sucede al presidente Barack Obama en la Casa Blanca, Clinton parece haber perdido parte de las cómodas ventajas que tenía en estados clave y a nivel nacional, pero sigue a la cabeza en votos electorales.
Una encuesta publicada hoy por la cadena CNN muestra que entre los "más probables votantes" Trump tiene una intención de voto del 45%, dos puntos de ventaja sobre Clinton, aunque entre los votantes "registrados" el porcentaje se invierte y la ex secretaria de Estado obtiene un 44%, con tres puntos por encima de su rival.
El sondeo, realizado entre el 1 y 4 de septiembre, recorta significativamente la ventaja de ocho puntos de la que disfrutaba Clinton en la encuesta de la CNN en julio, justo después de la Convención Demócrata de Filadelfia, que dio un claro impulso a su fórmula con el senador Tim Kaine.
No obstante, es el análisis por estados, los que con sus 538 votos electorales otorgan la Presidencia, el que revela una instantánea más fiable sobre las posibilidades de los candidatos republicano y demócrata en esta recta final de la campaña.
Según un sondeo online publicado hoy por el diario The Washington Post y realizado entre el 9 de agosto y el 1 de septiembre, la irrupción de Trump y el descontento que ha provocado entre un sector importante del electorado conservador puede convertir en competitivos estados en los que los republicanos llevaban más 30 años consolidados.
Es el caso del feudo clave de Texas, que aporta 38 votos electorales.
La encuesta del Post, realizada entre votantes registrados en los 50 estados del país, muestra que Clinton aún no tiene garantizados los 270 votos electorales necesarios para convertirse en presidenta, pero aventaja en 118, con un total de 244, a los escasos 126 que tiene apuntalados Trump.
En Texas, un estado que no se ha inclinado del lado demócrata desde 1976, un 46% se muestra a favor de Clinton frente al 45% de Trump, aunque si se añade a la pregunta a los partidos minoritarios de los Libertarios y los Verdes ambos favoritos quedan con sendos 40%.
Tradicionalmente, los republicanos cosechan votos seguros en el sur y Medio Oeste, y los demócratas en el oeste y noreste (con California y Nueva York como los grandes graneros), pero con Texas como plaza competitiva en las generales el modo de hacer campaña cambiaría radicalmente y estados como Ohio, hoy por hoy parada obligatoria, pasarían a un segundo plano.
Asimismo, Clinton obtiene empates o magras ventajas en los estados bisagra de Colorado (empate), Florida (2 puntos), Arizona (2 puntos), Pensilvania (3 puntos) y Nevada (3 puntos), mientras que Trump se impone en el estado competitivo por excelencia, Ohio, donde obtiene 3 puntos más que su rival.
El imprevisible Trump, que no cuenta con el apoyo de figuras centrales entre los republicanos, no solo ha provocado que estados indiscutiblemente republicanos como Texas, Georgia o Mississippi ahora sean una incógnita, sino que ha permitido que el Partido Libertario (de ideología ácrata y a favor de un papel mínimo del Estado) tenga una intención de voto históricamente alta.
Los libertarios, liderados por Gary Johnson, obtienen un 7% de intención de voto a nivel nacional, según la encuesta de la CNN, y del 12%, de acuerdo con un sondeo publicado hoy por NBC, que da un margen de solo cuatro puntos a Clinton sobre Trump.
Johnson obtendría, según las proyecciones del Washington Post, un 16% en Colorado, un 13% en Arizona o un 25% en Nuevo México, por lo que esa tercera vía podría ser desastrosa para las aspiraciones de Trump al restar votos a la papeleta republicana.
Por su parte, el Partido Verde de Jill Stein se mantiene como opción marginal a excepción de Vermont (10% de intención de voto), estado por el que es senador Bernie Sanders, representante en las primarias demócratas del ala más progresista del partido.