SANTIAGO.- Histórica fue la jornada de la que fueron testigo millones de personas en el mundo. El Gobierno colombiano liderado por Juan Manuel Santos, firmó un acuerdo de paz con las FARC, el que aún deberá ser respaldado por el plebiscito del próximo 02 de octubre.
Pero a pesar de lo que muchos puedan considerar, la firma del tratado con la guerrilla tras 52 años de conflicto armado no terminó por convencer a todos los colombianos. El principal rostro de la insatisfacción con la misiva impulsada por el Ejecutivo es el ex Presidente colombiano, Álvaro Uribe, en cuya administración Santos fue su ministro de Defensa, pero eso quedó en el olvido y actualmente son férreos adversarios políticos.
Pero Uribe no es el único, ya que el rechazo al acuerdo es respaldado por el 34% de los encuestados en el sondeo publicado hoy por Ipsos Napoleón Franco para la Gran Alianza de Medios de Colombia. Con ello, la victoria del “Sí” a la paz, a pesar de que contaría con un 66% de apoyo, no está garantizada.
Uribe y el "No"
Este lunes, mientras se llevaba a cabo la ceremonia de acuerdo en Cartagena de Indias, el ex Mandatario, participaba en una cadena humana de un centenar de personas en una plaza de la ciudad caribeña. Los gritos versaban "¡Colombia dice no!".
"Los norteamericanos no le habrán dado impunidad a Osama bin Laden, tampoco los franceses le habrían dado impunidad a los de ISIS. Por qué los colombinos tenemos que darles impunidad total a terroristas que han golpeado tanto a Colombia", dijo Uribe en la manifestación asegurando que las FARC también son las principales responsables del narcotráfico en ese país.
Y es que la sensación de impunidad es precisamente lo que alienta a quienes rechazan el acuerdo al que llegó el Presidente Santos. Los opositores aseguran que no buscan poner fin a la paz, si no que no están conformes con los términos a los que llegó el Gobierno, por lo que el objetivo sería renegociar algunos puntos y adquirir compromisos concretos.
Según afirman, este acuerdo no conducirá a una paz real, pues los guerrilleros no pagarían con condenas de cárcel, tampoco ayudarían a financiar la reparación a las víctimas del conflicto e incluso podrían tener acceso a puestos políticos. "Este no es un acuerdo imperfecto, es una claudicación de la democracia colombiana al terrorismo", afirmó el ex Presidente según consigna Cooperativa.
A pesar de que el "Sí", según las encuestas, le lleva una gran ventaja al "No", la oposición colombiana está expectante y su principal figura ha asegurado que seguirán en la pelea hasta el último día permitido.
Santos y el "Sí"
Quien también está optimista es el Presidente Juan Manuel Santos. Los sondeos lo respaldan en su misiva por finiquitar la paz, al igual que una serie de actores internacionales que este lunes asistieron a la firma del tratado: el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; líderes de al menos 15 países; la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; el secretario general de la OEA, Luis Almagro; y dos leyendas del deporte colombiano, el boxeador Miguel Lora y el futbolista Carlos Valderrama; entre otros.
Y es que para quienes respaldan la iniciativa, esto significa el fin de más de cuatro años de duras negociaciones y de 52 años de una guerra que ha cobrado la vida de 267.000 personas, ha dejado 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados. Según afirman, están cansados de la guerra. "La paz nos va a quitar el miedo con el que hemos crecido los colombianos después de tanto tiempo de conflicto", argumentó el Mandatario tras declarar el cese al en agosto pasado.
No obstante, la amenaza del rechazo ciudadano sigue latente. Y así lo está desde que hizo efectivo el decreto que establecía la realización de la consulta y fijaba la fecha. Según la autoridad electoral, se requieren unos 4,5 millones de votos a favor del "Sí" para que los acuerdos reciban el respaldo popular.
Por ello, reiteró su llamado a apoyar el acuerdo que tildó de "imperfecto". "Las partes tienen que hacer concesiones, pero sabemos que este que hemos logrado es el mejor posible", aseveró.