MADRID.- La mitad de la cúpula dirigente del Partido Socialista español renunció este miércoles para tratar de forzar la salida de su líder Pedro Sánchez, al que piden dejar que gobierne en minoría la derecha de Mariano Rajoy.
Presentaron su dimisión 17 de los 35 miembros de la ejecutiva federal. De acuerdo con un opositor a Sánchez en las filas del PSOE, esto significa que el órgano de dirección del partido debe ser destituido, y sus poderes transferidos a una gestora.
Desde el partido no pudieron confirmar aún si esto supone la caída de Sánchez, secretario general desde 2014.
Precisamente el comité federal tenía previsto reunirse este sábado por petición de Sánchez.
Contra la opinión de parte del PSOE, Sánchez ha estado insistiendo en que quería tratar de formar un gobierno alternativo al de Rajoy y su Partido Popular (PP), que tiene mayoría simple en el Parlamento con 137 diputados, muchos más que la bancada socialista (85).
Dicho gobierno alternativo obligaría a Sánchez a obtener el apoyo de su gran rival en la izquierda, el partido Podemos, y de los nacionalistas catalanes, quienes piden un referendo de independencia inaceptable para el PSOE.
Sánchez tenía ya en su contra a un buen puñado de diputados, y a seis de los siete presidentes regionales de su partido, entre ellos la que es considerada más influyente, la andaluza Susana Díaz.
Los críticos le han estado pidiendo que se resigne a la oposición, y sobre todo le reprochan que el partido haya cosechado los peores resultados de su historia en las dos últimas elecciones generales, en diciembre y junio, y en las autonómicas de este domingo en Galicia y País Vasco (norte).
La presión sobre Sánchez se incrementó este miércoles con la intervención del ex presidente socialista del gobierno español Felipe González (1982-1996), quien dice estar "frustrado" por la actitud del actual secretario general.
"El 29 de junio (tres días después de las últimas legislativas) me explicó que pasaba a la oposición, que no intentaría ningún gobierno alternativo", declaró Felipe González a la Cadena Ser.
"Me siento frustrado, como si me hubieran engañado", aseguró González tras explicar que Sánchez le reveló que al final pediría a sus diputados abstenerse para permitir a Mariano Rajoy, jefe de gobierno desde 2011, ser investido de nuevo.
A la hora de la verdad, sin embargo, el PSOE votó en contra de su investidura, al igual que los partidos nacionalistas vascos y catalanes. Con esto persiste un bloqueo que dura ya más de nueve meses y amenaza con llevar a España a unas terceras elecciones legislativas en un año, el próximo diciembre.