SANTIAGO.- Un grupo de seis países latinoamericanos, entre ellos Chile, expresó este jueves su "preocupación" ante
las cuestionadas decisiones que ha tomado el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) respecto del proceso de referendo revocatorio solicitado por la oposición de ese país en contra del Presidente Nicolás Maduro, el cual podría realizarse sólo a partir de 2017.
Esto quedó consignado en una declaración firmada por el canciller chileno, Heraldo Muñoz, y los ministros de Relaciones Exteriores Susana Malcorra, de Argentina; José Serra, de Brasil; Claudia Ruiz, de México; Eladio Loizaga, de Paraguay; y Ricardo Luna, de Perú.
En la misiva, los cancilleres firmantes "expresan su preocupación por la decisión del Consejo Nacional Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, fechada el 21 de septiembre, que entre otros aspectos, implica un método determinado para la recolección del 20 por ciento del padrón y que tiene el efecto de postergar la realización del referendo revocatorio hasta el 2017, afectando así el sentido de la consulta".
"Asimismo, reiteran su apoyo y su disposición de contribuir para la realización de un diálogo entre el Gobierno y los distintos actores políticos y sociales venezolanos, que permita, a través del entendimiento mutuo, promover la estabilidad política, la recuperación económica y el pleno respeto a los derechos humanos", concluye la declaración.
Hace ocho días, el CNE estableció que la próxima etapa del proceso en contra del Presidente Maduro, que tiene que ver con la recolección de las firmas necesarias para llamar a un referéndum correspondientes al 20% del padrón electoral, será entre el 26 y el 28 de octubre.
Esto significa que, en caso de cumplir con el requisito, la consulta sería convocada a inicios de diciembre, fecha en la que se inician los 90 días reglamentarios que tiene el Poder Electoral para llevar a cabo el referéndum.
De este modo, la votación se haría después del 10 de enero, lo que sepulta las intenciones de la oposición, que buscaba hacerla antes, ya que ahora, en caso de perder Maduro, lo reemplazaría su vicepresidente, al cumplir más de la mitad del mandato, y no se convocaría a elecciones libres.
Asimismo, el CNE estableció que cada estado venezolano deberá cumplir con el 20% de las firmas solicitadas, mientras que la oposición buscaba que dicho porcentaje de rúbricas se contemplara a nivel nacional, por lo que el proceso se le hace mucho más difícil.
