BAKÚ.- El Papa aseguró este domingo que la fe no es un "superpoder" para resolver los problemas de la vida, durante la homilía de la misa que celebró en Bakú en la iglesia de la Inmaculada con la comunidad salesiana de Azerbaiyán, la única presente en este país musulmán.
"Tener fe, una fe viva, no es fácil (...) porque la fe, que es un don de Dios y hay que pedirla siempre, también requiere que nosotros la cultivemos. No es una fuerza mágica que baja del cielo, no es una dote que se recibe de una vez para siempre, ni tampoco un superpoder que sirve para resolver los problemas de la vida", dijo.
Porque, agregó, "una fe concebida para satisfacer nuestras necesidades sería una fe egoísta, totalmente centrada en nosotros mismos".
También explicó que "Dios, en su respuesta, no interviene directamente, no resuelve la situación de modo brusco, no se hace presente con la fuerza. Al contrario, invita a esperar con paciencia, sin perder nunca la esperanza".
"No favorece nuestros deseos de cambiar el mundo y a los demás de manera inmediata y continuamente, sino que busca ante todo curar el corazón, el mío, el tuyo, el corazón de cada uno", expresó.
Sobre la misión de "servicio" de los fieles católicos, recordó que "es un estilo de vida, más aún, resume en sí todo el estilo de vida cristiana: servir a Dios en la adoración y la oración; estar abiertos y disponibles; amar concretamente al prójimo; trabajar con entusiasmo por el bien común".
Sobre las dos tentaciones que alejan del estilo de servicio, el papa dio que "una es dejar que el corazón se vuelva tibio" y que "poco a poco termina por conformarse con una vida mediocre".
La otra, agregó, es ser "demasiado activos" y entonces "el servicio se convierte en un medio y no en un fin, porque el fin es ahora el prestigio, después vendrá el poder".
Francisco celebró esta misa recién llegado hoy desde Georgia para expresar su cercanía ante esta comunidad de salesianos, que representan a los cerca 500 fieles católicos de este país donde cerca el 85 % son musulmanes.