SANTIAGO.- "Un Presidente no debería decir eso", así se denomina el libro de confidencias que el Mandatario de Francia, François Hollande, publicó la semana pasada y que lo sumergió en una ola de críticas producto de polémicas opiniones que abarcaron desde el fútbol hasta la justicia francesa, y que podrían poner en jaque su posible candidatura a la reelección.
La publicación escrita por los dos periodistas del diario Le Monde, Gerard Davet y Fabrice Lhomme, es fruto de decenas de revelaciones realizadas en al menos 60 encuentros con el Mandatario galo desde 2012, cuando asumió el poder. Entre dichas citas se registra, incluso, una cena de Hollande en la casa de uno de los reporteros.
Entre las confidencias que realiza el Presidente francés en las 600 páginas del libro, están sus palabras sobre el ex jefe de Estado y hoy precandidato a presidir el país, Nicolas Sarkozy, a quien tildó de "pequeño De Gaulle", además de "grosero, mala persona y cínico". "Lo que nadie ve en él es que no sabe diferenciar entre lo que es posible y lo que no lo es; lo legal y lo ilegal; lo decente y lo indecente ¿Por qué esa especie de atracción por el dinero? Sólo se rodea de gente de dinero ¿Por qué?", afirmó.
La Justicia y los "cobardes"
Asimismo, entre sus revelaciones hechas durante los últimos cinco años, el Mandatario criticó duramente al sistema de justicia francés, catalogando a dicha entidad como "una institución de cobardes". En sus dichos, Hollande cuestionó la labor de fiscales y jueces asegurando que "se esconden, juegan a los virtuosos y a los que no les gustan los políticos".
Tras conocerse los extractos del libro, el estamento judicial se mostró sorprendido y reaccionó indignado. Entre ellos, el presidente del Tribunal Supremo, Bertrand Louvel, quien apuntó que estas "ofensas repetidas plantean un problema institucional" acerca de "la real independencia de la autoridad judicial".
Ante la polémica, Hollande lamentó "profundamente lo que los magistrados han interpretado como una ofensa" y sostuvo que dichas declaraciones "no se corresponden con (su) pensamiento real". A pesar de que el jefe de Estado envió tres cartas de disculpas a las autoridades judiciales y recibió a dos de ellos para darles una explicación personal, el fiscal general Jean-Claude Marin aseveró que no se ha atenuado "el sentimiento que la magistratura ha sentido frente a una nueva humillación".
De "niños maleducados" a "vedettes millonarias"
Como fanático del fútbol, durante 2012 el Presidente galo se refirió también a las estrellas de la selección francesa, asegurando que muchos de ellos no tienen valores. "En el equipo hay jugadores que vienen de las cités (barrios conflictivos) sin referencias, sin valores y que se fueron a jugar al extranjero muy pronto. Han pasado de ser niños maleducados a vedettes millonarias", afirmó.
Incluso, aseguró que el delantero del Real Madrid Karim Benzema, "no es un ejemplo de moralidad", producto del escándalo de extorsión en el que se vio implicado y que le costó quedar suspendido de las últimas convocatorias.
Sin bastar aquello, el Mandatario aconsejó a la Federación Francesa de Fútbol (FFF) no trabajar en exceso la condición física de los jugadores y que se enfocara en desarrollar su inteligencia. "Deberían entrenar menos y dar algunas lecciones para fortalecer los músculos de su cerebro", sostuvo.
Tal como era de esperarse, con dichas declaraciones en el centro de la opinión pública, el sindicato de futbolistas profesionales sostuvo que las palabras de Hollande tienen "propósitos populistas". En tanto, una de las más famosas estrellas del fútbol francés y hoy entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, salió a la defensa de su pupilo en el cuadro español este lunes: "Me molesta lo que diga Hollande. Todas las cosas que hablan sobre un jugador o un futbolista, es molesto. Es normal que en tu trabajo te puedan criticar, pero no decirte cosas raras", señaló.
Inmigración y vida personal
Otro de los temas que trató el Mandatario fue el de la crisis migratoria y el islam. Consultado sobre la inmigración, respondió en el libro que "llegan demasiados inmigrantes, que no deberían estar aquí". También, sostiene que "hay un problema con el islam. Es verdad. Nadie lo duda (…) Porque el islam exige reconocimiento y sitios específicos". Para Hollande, en realidad, "no es el islam que plantea problemas en tanto que religión per se, sino porque quiere afirmarse como religión en el seno de la República (laica)".
Por último, el líder francés dedicó un espacio para hablar sobre su vida personal, donde aseguró que su ex pareja, Valérie Trierweiler, era una "mujer enfermizamente celosa”, mientras que la actual ministra de Ecología, Ségolène Royal, madre de sus cuatro hijos, "es quien mejor me conoce", afirmó.
La publicación del libro de confidencias del Mandatario ha provocado una cascada de reacciones, por lo que integrantes del entorno presidencial debieron salir a apagar el incendio. Stéphane Le Foll, portavoz del Gobierno, argumentó que el actuar del Presidente responde a "un ejercicio de transparencia".
No obstante, a seis meses de que se lleven a cabo las elecciones presidenciales, estas polémicas revelaciones podrían hacer descender aún más los porcentajes de aprobación de Hollande en las encuestas y, por ende, poner en riesgo su candidatura para concretar un segundo mandato a la cabeza de Francia.