LIMA.- El Congreso del Perú calificó el jueves de "golpe de Estado" la decisión del poder electoral de Venezuela de suspender el referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro y solicitó el retiro del embajador peruano en Caracas junto con la activación de la Carta Democrática de la OEA.
Mediante una moción multipartidaria el parlamento peruano "condena los actos que sistemáticamente ha venido realizando el gobierno venezolano para impedir la realización de un referéndum revocatorio y constituyendo sus actos de un quiebre del orden constitucional, y un golpe de Estado inaceptable".
El documento del legislativo solicita al Presidente Pedro Pablo Kuczynski y al canciller Ricardo Luna convocar de inmediato a Lima al embajador peruano en Venezuela "como expresión de protesta por los acontecimientos antidemocráticos" registrados en ese país.
Además los parlamentarios exhortan al gobierno a que impulse la aplicación de la Carta Democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de cara a "restituir el orden constitucional quebrantado".
La declaración siguió al anuncio hecho por Kuczynski de que aprovechará la Cumbre Iberoamericana de Cartagena para reiterar a los países de la región que se active la Carta Democrática de la OEA al gobierno de Maduro.
Kuczynski, quien ha recibido en Perú varias veces a líderes opositores venezolanos, también señaló que pedirá desplegar ayuda humanitaria a Venezuela ante la escasez de productos, en especial de medicamentos.
La Carta Democrática faculta a la OEA a intervenir en casos de alteración del orden institucional en un país miembro y, de aprobarse, podría acarrear sanciones contra el país caribeño.
"Vamos a estar en Cartagena, Colombia, mañana (viernes) con los líderes latinoamericanos. Hemos hecho un planteamiento para que se active la Carta Democrática de la OEA y al mismo tiempo se prepare un operativo de ayuda humanitaria a Venezuela, porque todos sabemos que hay problemas de alimentación y de medicinas", dijo Kuczynski a la prensa durante una visita a la ciudad sureña de Pisco.
Doce países latinoamericanos, entre ellos Perú, se mostraron preocupados por la polarización política en Venezuela el miércoles, y exhortaron a entablar un diálogo para resolver las diferencias.