SANTIAGO.- Este
domingo, los italianos se congregarán en las urnas en todo el territorio de su país para aprobar o rechazar en un referéndum la gran reforma constitucional propuesta por el
Primer Ministro Matteo Renzi que propone grandes y radicales cambios al sistema político imperante en el país.
Con la iniciativa, que ha sido defendida fuertemente por Renzi, se busca principalmente reformar el Parlamento italiano y poner más restricciones a su gran poder con la finalidad de darle una mayor estabilidad a Italia, considerando que en los últimos 70 años acumula un total de 63 gobiernos, pues los Ejecutivos deben ser aprobados por ambas cámaras.
La consulta ha caldeado el ambiente político, con un Gobierno prácticamente solo en la defensa de su reforma y con una oposición que en muchos casos ha planteado el referéndum como un plebiscito a Renzi, que ha llegado a amenazar con dimitir en caso de fracaso.
El Premier ha planteado la reforma como un paso "histórico", ya que, a su juicio, permitirá abaratar el aparato político y acelerar y simplificar la actividad del Parlamento.
Por su parte, en el lado contrario se sitúan la práctica totalidad del espectro político del país, desde la "berlusconiana" Forza Italia, el populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S) e incluso los críticos dentro la formación de Renzi, el Partido Demócrata (centroizquierda).
Así, las críticas van porque la Carta Magna no puede ser modificada sin consenso y menos por un líder como Renzi, dicen, que no ha sido elegido en las urnas, sino solo por un Parlamento formado en 2013 con una ley electoral declarada inconstitucional.
De este modo, en caso de que gane el "Sí", Renzi se apuntaría un importante tanto al ver ratificado por los electores un texto clave de su Gobierno de corte reformista.
Por otro lado, una victoria del "No" abriría un escenario incierto: Renzi podría culminar su amenaza de dimitir o reformular su gabinete, en un panorama ya marcado por las tensiones en los mercados, que temen la inestabilidad de la tercera economía europea.
Estas son las claves de la reforma:
Supresión del "bicameralismo perfecto"
La reforma de la Constitución italiana de Renzi acaba con el conocido "bicameralismo perfecto", que asigna las mismas competencias a la Cámara de los Diputados y al Senado. Este último se convertiría en un órgano de representación territorial excluido del proceso legislativo.
Este nuevo Senado realizaría una labor de nexo entre el Estado y las regiones o la Unión Europea. Así, consistiría en un órgano consultivo que podría proponer reformas o enmiendas a los proyectos de ley que la Cámara de los Diputados comience a estudiar.
Además, estaría llamado a votar en contadas ocasiones, como en el caso de futuras reformas de la Constitución, leyes que afecten a los entes locales o a las minorías lingüísticas o para ratificar tratados internacionales.
Menos senadores, otro estatus
De un total de 315 miembros, ahora el Senado contará con 100, de los cuales 95 serán representantes locales -74 elegidos por los Consejos Regionales y 21 por los alcaldes- y el presidente de la República podría nombrar un máximo de cinco por un mandato de siete años.
Los senadores no percibirían sueldo alguno, aunque sí contarán con beneficios como la inmunidad parlamentaria.
Además, se pone fin a los senadores vitalicios, antes nombrados por el presidente de la República entre personalidades de alto relieve.
Reforma del capítulo V de la Constitución
Este capítulo regula la relación entre el Estado y las administraciones locales y regionales. Ahora, la reforma devuelve al Estado una veintena de competencias antes desempeñadas por dichas administraciones, como las cuestiones energéticas, infraestructuras estratégicas, políticas laborales, el sistema de Protección Civil o la gestión de puertos y aeropuertos.
De esta forma, se busca evitar duplicidades y aclarar las competencias de cada nivel administrativo, después de décadas de contenciosos entre el Estado y las regiones ante el Tribunal Constitucional.
Eliminación de las provincias
El título V en su versión actual divide Italia en cuatro administraciones: municipios, provincias, ciudades metropolitanas y regiones. La reforma suprime las provincias, cuyas funciones se han visto notablemente mermadas en los últimos años.
Mecanismos para una democracia directa
La reforma introduce como novedad el "referéndum propositivo", con el que los ciudadanos podrán proponer una ley si recogen 150.000 firmas.
Antes solo podían reclamar una consulta para derogar total o parcialmente una ley y para ello debían recabar 50.000 firmas.