SANTA CRUZ DE LA SIERRA.- Con el sonido de marchas fúnebres acompañando su desembarco, llegaron a Bolivia los restos de cinco de siete tripulantes del avión boliviano Lamia que se estrelló en Colombia con el equipo del Chapecoense brasileño.
Un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), que transportó los féretros desde la colombiana Medellín, aterrizó primero en la ciudad boliviana de Cobija, para dejar los restos del piloto Miguel Alejandro Quiroga, de donde era oriundo.
La nave militar emprendió luego vuelo a Santa Cruz con los cuerpos de Fernando Ovar Goytia (copiloto), Rommel David Vacaflores (jefe de tripulantes), Sissy Arias (asistente) y Alex Quispe (despachador de vuelo).
Los restos de otros dos miembros de la tripulación, el paraguayo Gustavo Encina (tripulante) y el venezolano Eduardo Lugo (jefe aeronavegación) fueron repatriados también a sus países. El primero el jueves y el segundo este viernes.
De los nueve tripulantes del avión con matrícula boliviana CP-2933, sobrevivieron la azafata Ximena Suárez y el técnico de Vuelo, Erwin Tumiri, ambos de Bolivia.
"Hemos logrado repatriar a las cinco personas que fueron víctimas de este accidente", señaló tras llegar a Santa Cruz, el vice ministro de Interior, Pedro Villa.
El funcionario encabezó la comisión oficial boliviana que se desplazó hasta Colombia, para repatriar los cuerpos de sus compatriotas.
Señaló que para lograr en tiempo récord su misión, recibieron el apoyo invaluable del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.
También dijo que el técnico Tumiri ya emprendió su retorno a La Paz, Bolivia, en un vuelo comercial, donde será sometido a otras revisiones médicas, mientras que la azafata Suárez se quedará unos 10 días más en Colombia, pues "ella tiene algunos golpes" más.
Un video difundido por la policía colombiana mostró los instantes del rescate de Tumiri la noche del accidente. "¡Álex, Ángel, David!", gritaba, llamando en vano a sus compañeros. "¡Mi tripulación!", se lamentaba luego, mientras un policía lo ayudaba.
Entre los fallecidos están principalmente los jugadores del equipo brasileño Chapecoense, que debía disputar ante el Atlético Nacional en Medellín el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana, periodistas y dirigentes del club. Las víctimas fueron 64 brasileños, cinco bolivianos, un venezolano y un paraguayo.
