Rex Tillerson, designado secretario de Estado por Trump.
Reuters
SANTIAGO.- La empresa petroleta, Exxon Mobil, que era dirigida hasta hace poco por el nominado para convertirse en el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, habría presionado para que no se aprobara el proyecto de ley que obstaculiza el levantamiento de sanciones en contra de Rusia, impulsado por Barack Obama.
Así lo consigna al menos el medio estadounidense "Politico", que hace referencia a la iniciativa que reposa en el Congreso estadounidense, denominada "Ley Ucrania", que hace más engorroso (por los próximos cinco años) la eventual suspensión de las sanciones impuestas al Kremlin producto de la anexión de Crimea a su territorio.
Según la publicación, Exxon Mobil realizó incesantes gestiones para que el Senado no votara la iniciativa o definitivamente la rechazara.
Esto, porque la existencia de dichas sanciones contra Rusia le significaron retroceder en un proyecto petrolero en el Ártico ruso que le costaron mil millones de dólares en pérdidas.
Incluso, asegura, el mismo Tillerson, escogido por Donald Trump para el cargo más relevante de su gabinete y reconocido por su cercanía con Rusia, podría haber estado involucrado en ese lobby.
Exxon habría logrado su cometido, puesto que el Senado norteamericano dejó de sesionar el pasado 16 de diciembre, tras las elecciones parlamentarias de noviembre pasado, y recién volverá a las salas del capitolio en enero, pocos días antes de que Trump asuma como nuevo Presidente de EE.UU..
De esta forma, el proyecto seguirá estancado en las salas del Legislativo, por lo menos hasta que el magnate tenga el poder de levantar las sanciones con sólo una firma.
"Politico" asegura además que Exxon también presionó a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado contra iniciativas que pretenden castigar a Rusia por la invasión de Ucrania.
Esta última polémica sumaría una nueva preocupación a los congresistas que deben ratificar a Tillerson en su nuevo cargo, quienes ya han mostrado reticencias por la excesiva cercanía del ingeniero con Rusia y, específicamente, con el Presidente Vladimir Putin.