BOGOTÁ.- La oficina de Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil) confirmó este lunes en su informe preliminar que el avión de la empresa LaMia accidentado cerca de Medellín el 28 de noviembre, en el que murieron 71 personas, entre ellas la mayoría del club de fútbol brasileño Chapecoense, viajaba con el combustible al límite y con exceso de peso.
Según el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, coronel Fredy Bonilla, las grabaciones de la cabina de mando muestran que el piloto y el copiloto de la nave que salió desde la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra conversaron sobre la posibilidad de hacer una escala en Leticia (Colombia) o en Bogotá "porque se encontraba en el límite de combustible", pero finalmente no lo hicieron.
"Ellos estaban conscientes de que el combustible que tenían no era el adecuado ni era suficiente", afirmó el funcionario, quien añadió que además el avión "contenía un peso superior al permitido por manuales".
No obstante, desde el avión no advirtieron en ningún momento de esta situación a los responsables del control aéreo, lo que evidencia una responsabilidad del piloto, identificado como Miguel Quiroga Murakami, de nacionalidad boliviana.
Asimismo, de acuerdo a la investigación, Quiroga tampoco informó que se estaban apagando los cuatro motores del avión y continuó con maniobras de aterrizaje "de forma normal". Sólo dos minutos antes de la caída de la aeronave, el piloto reportó la falla eléctrica total.
El informe de las autoridades colombianas fue revelado seis días después del que hicieron en el Gobierno de Bolivia, donde se culpó al piloto y a la aerolínea de la tragedia.