SANTIAGO.- Es sabido que todo presidente, cuando ya está ad portas de dejar el Gobierno, busca quedar en la historia con su legado, el cual espera sea recordado por todos y se vea como un cambio y un punto trascendental en el rumbo que tomó su país. Ha pasado con todos los mandatarios, y Barack Obama no es la excepción.
Y así ha quedado demostrado en los agitados últimos 12 meses del Mandatario norteamericano, quien ha realizado una serie de gestos tanto a nivel de política exterior y como en el ámbito interno, previo a entregar las llaves de la Casa Blanca al republicano Donald Trump, el próximo 20 de enero.
Asimismo, durante este 2016 Obama ha debido enfrentar una serie de crisis y sucesos específicos a nivel interno, que han agitado aún más el final de su mandato.
Visitas históricas a lugares emblemáticos como Cuba e Hiroshima; el impulso de una reforma migratoria; la batalla contra el racismo y un nuevo perfil en materia de política internacional son algunos de los aspectos que han marcado el último año de Obama al mando de Estados Unidos.
El control de armas
Uno de los caballos de batalla de Barack Obama siempre ha sido el poner más limitaciones al uso de armas en Estados Unidos, un punto en el cual ha tenido férreos adversarios. Así, el 5 de enero de 2016 anunció una serie de ocho medidas para intentar poner algo de control en este aspecto,
Entre estas medidas se contemplaba la ampliación de las condiciones para la obtención de un permiso de venta, obligar a los vendedores a reportar los robos de armas de fuego y verificar los antecedentes criminales de quienes compren a través de fideicomisos, sociedades y organizaciones locales.
"Esto no va a evitar cada tiroteo masivo, no va a dejar las armas lejos de las manos de un criminal. Potencialmente salvará vidas y evitará a las familias el dolor de esas pérdidas extraordinarias", señaló el Mandatario en su momento.
Los conflictos raciales
De la mano con la discusión por el control de armas, Obama veía cómo en su país crecía un problema que rondó durante todo su mandato: la violencia racial. Más aún, el tema tomaba más notoriedad si se considera que los atacantes eran policías.
Las muertes de dos afroamericanos a manos de agentes blancos desataron una serie de protestas en diversas ciudades estadounidenses. Y uno de los puntos más álgidos ocurrió en Dallas, donde un francotirador mató a cinco policías que se encontraban trabajando durante una manifestación anti racismo.
Estos hechos motivaron aún más a Obama a insistir en poner un mayor control al uso de armas en Estados Unidos.
Acuerdos y visitas históricas
Mientras continuaba con impulsar una serie de reformas a nivel interno, en materia de política exterior Obama quiso marcar diferencias este año con algunos hechos históricos.
El primero fue la entrada en vigor del pacto nuclear con Irán, obtenido luego de largas negociaciones entre el país islámico y las diversas potencias mundiales lideradas por Estados Unidos. La medida tuvo una amplia votación pero también rechazo desde el Partido Republicano y países como Arabia Saudita e Israel.
El otro punto fue el histórico viaje en marzo que el Mandatario hizo a Cuba, algo que no hacía un Presidente estadounidense en más de ocho décadas. Es que, claro, durante todo ese tiempo pasó la Guerra Fría, el país isleño y EE.UU. cortaron las relaciones diplomáticas y, pese a que geográficamente están "al lado", en materia política las distancias son siderales.
Pero este distanciamiento cambió primero con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, hecho que fue coronado con la llegada de Obama a La Habana el pasado 20 de marzo, instancia en la que abogó por el fin al embargo económico a la isla, algo que aún no ocurre.
Otro hecho histórico protagonizado por el Mandatario ocurrió el 27 de mayo, cuando llegó a la ciudad japonesa de Hiroshima, blanco de una bomba atómica lanzada por EE.UU. hace 71 años. Se trató del primer Presidente norteamericano en ejercicio en visitar la zona, y lo hizo acompañado del Primer Ministro nipón, Shinzo Abe, quien meses después hizo lo mismo visitando la zona de Pearl Harbor.
Los enfrentamientos con Putin
Pero no todo ha sido color de rosas para Obama en materia internacional. El "adversario" de Estados Unidos en este punto tiene nombre y apellido: Vladimir Putin.
Y los enfrentamientos entre Obama y el Presidente ruso no han sido pocos. Si en los años anteriores fue la situación en Ucrania, en 2016 los ojos se centraron en Siria, donde Moscú apoya al Gobierno de Bashar al-Assad mientras que la Casa Blanca ha dado su respaldo a las fuerzas rebeldes.
Asimismo, las relaciones se han complicado cada vez más luego de las acusaciones de EE.UU. contra el Kremlin por su presunta injerencia en el hackeo de correos electrónicos durante la última campaña presidencial. De acuerdo a agencias de inteligencia, esto se hizo con la clara finalidad de favorecer la candidatura del republicano Donald Trump.
Luego de esto, recién este jueves, Obama anunció la expulsión de 35 diplomáticos rusos de EE.UU., así como el cierre de dos sedes diplomáticas en Washington y Maryland, como respuesta a estos hackeos.
Ahora, deberá ser el propio Donald Trump quien enfrente este problema. No obstante, él se ha mostrado muy cercano al Gobierno de Putin.