SANTIAGO.- Corría 2002 y Estados Unidos vivía la llamada "guerra contra el terrorismo" impulsada por el entonces Presidente George W. Bush luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Dentro de esta campaña del Mandatario, se tomó una medida bastante polémica y que aún genera discusión: la apertura de la cárcel de Guantánamo para prisioneros acusados de terrorismo.
Así, el 11 de enero de 2002, ingresaron los primeros 156 detenidos, varios de ellos miembros del grupo terrorista Al Qaeda, liderado por el entonces hombre más buscado por Estados Unidos, Osama Bin Laden.
Han pasado 15 años y el recinto penal ubicado en la bahía cubana continúa abierto pese a la promesa del Presidente Barack Obama de cerrarlo, mientras siguen los cuestionamientos respecto de la ilegalidad de las detenciones.
El auge de Guantánamo
La apertura del penal de Guantánamo en medio de las instalaciones de la base naval estadounidense en el lugar tenía un fin claro: albergar a los detenidos sospechosos de ser terroristas y de participar en grupos de esta índole. Esto, pese a los cuestionados medios de detención y los macabros mecanismos de tortura que se habrían empleado en el lugar.
Pero pese a todas las críticas, y mientras George W. Bush seguía en el poder, el penal seguía creciendo y el número de reclusos crecía cada vez más, con todas las atrocidades que esto conllevaba.
De este modo, y de acuerdo a los datos manejados por The New York Times, a junio de 2003 llegaron ha haber 684 personas detenidas en el recinto penitenciario, una cifra bastante alejada de la realidad actual, donde hay menos de 60 reclusos.
Según el citado medio, la nacionalidad imperante de los detenidos es la afgana, con 220 reos en estos 15 años. Le siguen Arabia Saudita (135), Yemen (115), Pakistán (72) y Argelia (26).
La llegada de Obama y el intento de cierre
A medida que crecía el número de reclusos en Guantánamo, crecían también las críticas, enfocadas principalmente en la falta de un debido proceso a la hora de detener a los sujetos y en las innumerables torturas aplicadas en el lugar con tal de tener información.
Así, uno de los grandes detractores de la permanencia de este recinto penal fue el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien prometió durante su campaña a la Casa Blanca el cierre de la cárcel de Guantánamo.
Lamentablemente para el Mandatario, este hecho no ha ocurrido, pese a que la población del penal ha disminuido considerablemente: de los 684 presos de 2003, en enero de 2017 sólo hay 59 reos.
Es por eso que en las últimas semanas instituciones como Amnistía Internacional han hecho llamados a Obama a cerrar Guantánamo antes de dejar su mandato, entendiendo de que se trata de una lucha contra el tiempo.
De este modo, desde la Casa Blanca están trabajando con la finalidad de disminuir aún más el número de reclusos, trasladando a varios a otros países, por lo que se espera que de aquí al 20 de enero sólo haya unos 40 detenidos. Ocho años antes, cuando asumió el Gobierno, Obama recibió Guantánamo con 242 prisioneros.
Pero todo este anhelo del Mandatario tiene un tope: el mismísimo próximo Preisdente de EE.UU., Donald Trump, quien ya advirtió que no cerrará la cárcel ubicada en la bahía cubana. Por el momento, sólo queda esperar.